El Péndulo | J.E..- El recinto del Jimmy Glass recibió el pasado martes a una de las grandes estrellas del jazz, el baterista Al Foster. El genio de las baquetas llegó a la ciudad, dentro de su gira europea, con un cartel que invitaba a perderse en el poderoso sonido de jazz.
Bajo el título de ‘Tributo a Art Blakey’, Foster lideró a los componentes de su grupo (el saxofonista Godwin Louis, el pianista David Bryant y el contrabajista Doug Weiss) para llenarnos del mejor be-bop y hard-bop que hemos escuchado en muchos años.
Si bien Art Blakey fue todo un mito del jazz, la figura de Foster y su trabajo ante la batería nos devuelve lo mejor de los años 60’ y 70’ (del siglo pasado) del sonido jazzístico bajo el filtro de la sonoridad de Foster.
Temas como ‘Moanin’ o ‘Buhaina chant’ sonaron limpios y alegres provocando aplausos y complicidades entre los asistentes y los músicos.
Si en ocasiones ocurren pequeños milagros musicales, el del martes lo fue. Al Foster nos dejó el mejor de sus regalos (con su grupo) y solo deseamos que vuelva muy pronto por estos pagos para recordar y disfrutar de un jazz que marcó una época y sigue dejando su esencia allí donde suena.
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