Valencia Noticias | Redacción.- El Ilustre Colegio Notarial de Valencia ha celebrado el acto de imposición de la Cruz Distinguida de 1ª Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort, que concede el Ministerio de Justicia, al notario delegado de la Junta Directiva del Colegio Notarial de Valencia en el distrito de Valencia, D. Salvador Alborch Domínguez, con más de 44 años de profesión.
A lo largo de su trayectoria profesional ha ejercido como notario en las plazas de Orba (1971-1984), Dénia (1985-1995) y en Valencia desde 1996 hasta la actualidad. Asimismo, además de ser árbitro de la corte de arbitraje de la Cámara de Comercio, es mediador de la Fundación Solutio Litis del Colegio Notarial de Valencia desde mayo de 2013.
Dentro de su larga y dilatada carrera destaca su experiencia como docente, siendo preparador de opositores a notarías durante más de 30 años y profesor colaborador de la cátedra de derecho mercantil de la Facultad de Derecho de Valencia cerca de 10 años, así como autor de varios estudios sobre el derecho notarial o la propiedad horizontal en los sistemas extranjeros.
Esta distinción del Ministerio reconoce los relevantes méritos contraídos por cuantos intervienen en la Administración de Justicia, hayan contribuido al desarrollo del derecho o al estudio de los Sagrados Cánones y de las Escrituras, a la obra legislativa y de organización del Estado, al cultivo y aplicación del estudio del Derecho en todas sus ramas, así como a los servicios prestados en las actividades jurídicas dependientes del Ministerio de Justicia.
La ceremonia ha tenido lugar en el salón de la Reina del Colegio Notarial de Valencia y han estado presentes un gran número de autoridades, familiares y amigos. El acto ha estado presidido por el Decano del Colegio Notarial de Valencia, César Belda, acompañado por la Presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Pilar de la Oliva y por el notario de Valencia y miembro de la Junta Directiva, Francisco Cantos.
En su discurso, César Belda ha felicitado a Salvador Alborch por este merecido homenaje, destacando de él “su sentido del compromiso, su sentido ético de la profesión notarial al servicio siempre del ciudadano, para ayudar a mejorar por encima de todo la vida a los valencianos”. Por otra parte, el Decano del Colegio Notarial destaca de Alborch el amor por su trabajo, un profesional que lleva 17 años organizando y planificando el distrito de Valencia y sus turnos de forma ejemplar, con la máxima dedicación.
Los notarios Manuel Ángel Rueda y Juan Bolás fueron los encargados de presentar al condecorado, con palabras de cariño, afecto y respeto. En el caso de Rueda, destacó la figura de Alborch desde tres prismas diferentes: como preparador de opositores, uno de ellos él mismo en el año 1973, “un profesional serio, riguroso, minucioso y concienzudo que nos hacía llegar a las oposiciones con solvencia, seguridad y la máxima preparación“; como compañero de notaría en estos últimos 19 años, “un profesional con dedicación absoluta a su trabajo, con una incondicional e indiscriminada atención al público detenida, serena, acogedora, sin alardes”; y por último como delegado de la Junta Directiva en el distrito de Valencia, “su capacidad de mediación, su función equilibradora, con su virtud de aunar voluntades y resolver conflictos, un notario tipo con un estricto cumplimiento de la ley y con la misma ilusión de ayudar a la población que el primer día”. Por su parte, el notario de Madrid, destacó de su compañero de profesión su arraigo a la ciudad, un notario que ejerce la ciudadanía y participa en todos los eventos de su ciudad como en el ámbito fallero o deportivo. Para Bolás, “es un notario de tipo A, aquellos que aprueban la oposición y tienen claro ante todo que su función y objetivo es el de ejercer la función pública de servir a la sociedad”.
El momento más emotivo se ha producido cuando sus dos hijos, José Antonio y Salvador, registrador y notario de Valencia, respectivamente, se han dirigido a su padre, no sólo para agradecerle su amor y dedicación familiar o la educación recibida, sino también para darle las gracias por el esfuerzo realizado ayudándoles a preparar sus oposiciones, destacando de él su integridad y profesionalidad, un trabajador vocacional infatigable, disciplinado, con un acusado sentido del deber, donde predomina su prudencia, presencia, potencia, fuerza moral y su precisión.
Tras la imposición de la Cruz de San Raimundo de Peñafort, el condecorado Salvador Alborch dio las gracias a todos sus compañeros de profesión, amigos y familiares por compartir el día de hoy y sobre todo a su mujer, “por su lealtad, compromiso y generosidad” de estar siempre a su lado en el desarrollo de una profesión que para él sobre todo es vocacional de servicio a las personas, donde el esfuerzo continuo y la formación permanente es una constante para poder asesorar de la mejor manera posible a los ciudadanos.