Esa propuesta es la que se someterá al escrutinio de los líderes europeos mañana. “Cometimos errores pero esto es lo mejor posible”, dijo el premier
Minutos antes, Alexis Tsipras había defendido ante el Legislativo la propuesta enviada ayer a los jefes de la Eurozona y de la cual depende que el país reciba un nuevo rescate.
Tsipras consiguió una mayoría con 250 votos afirmativos contra 32 negativos. Al menos 10 diputados del partido de gobierno Syriza han optado por la abstención.
El primer ministro admitió “errores” y que lo presentado está “lejos” de las promesas, aunque lo defendió con el argumento de que se trata del mejor acuerdo posible. La propuesta presentada ayer fue cuestionada por algunos sectores por sus similitudes con la última oferta de Bruselas, realizada antes de que el Gobierno convocara a un referéndum en el que se la rechazó por un 61 por ciento.
Además, Tsipras llamó a los diputados a votar por la “responsabilidad nacional”, para “mantener al pueblo en vida”.
Por su parte, una fuente europea informó hoy a AFP que los acreedores de Grecia -la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI- examinaron este viernes la nueva propuesta y la juzgaron “positiva”, viendo en ella “una base de negociación” con vistas a un tercer plan de ayuda, que será de un monto de 74.000 millones de euros.
“LAS TRES INSTITUCIONES ESTÁN DE ACUERDO EN BRINDAR UNA EVALUACIÓN POSITIVA”
“Las tres instituciones están de acuerdo en brindar una evaluación positiva a la propuesta de reformas transmitida ayer (jueves de noche) por el gobierno griego“, precisó esta fuente en la noche del viernes.
Este plan, que hace renacer la esperanza de un acuerdo que evite la salida de Atenas del euro, será examinado este sábado por los ministros de Finanzas de la unión monetaria, reunidos en Bruselas.
No obstante, según la misma fuente europea, la reunión del Eurogrupo debería conducir “en el mejor de los casos a un acuerdo político” ya que la decisión de relanzar las negociaciones con Atenas incumbe a la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de los 28 prevista el domingo en Bruselas.Además, si Grecia y sus socios europeos se ponen de acuerdo sobre este tercer plan de ayuda a Atenas, deberán avalarlo al menos ocho Parlamentos de la zona euro, y el Bundestag alemán por duplicado.
La propuesta sometida por el Gobierno griego “es una base de negociación para un tercer programa de 74.000 millones de euros en tres años: 16.000 millones del FMI y 58.000 millones del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES), una décima parte de su capacidad”, subrayó la fuente europea y recalcó que “no se trata de dinero nuevo”.
Según otra fuente europea, los acreedores “se sorprendieron favorablemente” con le documento enviado el jueves por Atenas y consideraron que contenía medidas “muy similares a las propuestas presentadas por la Comisión” a finales de junio.
Por qué Grecia se rindió ante los acreedores y por qué le podrían pedir más recortes todavía
Existen indicios de que el deterioro económico del país de estos últimos días podría llevar a la Troika a tener mayores exigencias con Atenas, pese a que el último plan de Tsipras sea calcado sobre el del Eurogrupo
En la noche del viernes al sábado se dio a conocer la decisión del parlamento griego de respaldar el plan propuesto por el gobierno de Alexis Tsipras -del cual depende que el país reciba un nuevo rescate- con 250 votos a favor, contra 32 negativos y 10 abstenciones.
Este plan será examinado este sábado por los ministros de Finanzas del Eurogrupo, y la decisión de relanzar las negociaciones con Atenas quedará en manos de los jefes de Estado y Gobierno de los 28 reunidos en Bruselas el domingo.
Atenas se compromete en el documento titulado “Acciones prioritarias y compromisos”, a adoptar gran parte de las medidas litigiosos remitidas por los acreedores el pasado 26 de junio y tildadas en aquel momento de “humillantes” por el gobierno de Syriza.
Menos de una semana después de ser rechazado el plan de la Troika por un 61% de la población,Atenas se rinde ante los acreedores y existen indicios de que le podrán pedir más recortes todavía como consecuencia del deterioro económico del país de estos últimos días.
El nuevo planteo incorpora lo que había sido una demanda europea: fijar un impuesto general en un 23%, otro reducido del 13% para comida, energía, hoteles y agua, y otro menor para medicamentos, libros y el teatro.
Un punto en disputa fue la definición de los impuestos en las islas griegas, muchas de las cuales tienen dificultades de acceso a determinados productos por su ubicación. La propuesta de Tsipras consiste en que aquellas con “mayores ingresos y destinos turísticos más populares” paguen los mismos impuestos que el resto del país y que se mantenga una reducción de las tasas para las más remotas. Estos cambios entrarían en vigor a partir del mes de octubre.
La cuestión de las pensiones forma parte de lo más delicado de toda la negociación, ya que la propuesta de Tsipras es practicamente idéntica a la oferta de la zona euro previa al referéndum. En tanto “el sistema de pensiones es insostenible y necesita reformas fundamentales”, según el borrador, se elevará la edad jubilatoria a los 67 años para lograr un recorte de 300 millones de euros para 2019. Además, se congelan las prestaciones contributivas -es decir, las que requieren de aportes para su otorgamiento- hasta 2021 y se elevan las contribuciones que hacen los pensionistas al sistema sanitario del 4 al 6 por ciento.
Uno de los principales puntos de disputa tienen que ver con el hecho de que Grecia no sólo pide un mejoramiento en la situación de su deuda soberana, sino que el gobierno de Tsipras pide a la Unión Europea otro rescate más, esta vez de 53.500 millones de euros para afrontar los vencimientos de los próximos tres años. Y eso es un cálculo optimista. La contracción de la economía a causa del cierre de los bancos y el cese de operaciones de la bolsa ronda el 3 por ciento, con lo cual la cantidad de dinero requerida para el rescate podría ser mayor.
Pero a pesar del contundente resultado por el “no” en el referéndum sobre si implementar o no las medidas de ajuste requeridas por la troika, el gobierno envió sus propuestas de ajuste al parlamento. El gobierno de Syriza cuenta con el apoyo expreso del FMI, del gobierno de los Estados Unidos y del Consejo Europeo.
Francia es otro de los gobiernos que apoya la gestión de Syriza, e incluso más que eso: Francois Hollande destacó la “determinación para mantenerse en la Eurozona” de los griegos, además de tildar su plan de ajuste resulta “serio y creíble”.
Pero la situación es compleja. No es de esperar que el gobierno heleno reciba mejores condiciones que las ofrecidas anteriormente por los acreedores. Así, una quita de deuda nominal parece improbable, o al menos así lo expresó el ministro de Economía alemán, Wolfgang Schäuble.
Junto con Alemania, las autoridades de los países bálticos son los más inflexibles con respecto a la situación que atraviesa el país heleno. Laimdota Straujuma, primera ministra de Letonia, ya avisó que no puede garantizar otro rescate (sería el tecero) aprobado por el parlamento de su país. Para la primera mandataria de Lituania, Dalia Grybauskaité, las propuestas griegas podrían haber llegado tarde y “no ser suficientes”.
A poco más de seis meses de gobierno de Alexis Tsipras, la crisis de la deuda ubica a Grecia al borde del abismo de la Eurozona. Con sus bancos cerrados, un “corralito” en marcha, una deuda que supera el 177 por ciento de su PBI y con un referéndum de resultado contundente contra el ajuste, Syriza tiene cada vez menos margen de maniobra.