En el corazón de Valencia, junto a la majestuosa Catedral, la Casa del Relojero será testigo del nacimiento de un proyecto que aspira a transformar la manera en que se contempla y comprende una de las reliquias más veneradas del cristianismo: el Santo Cáliz. A partir del año 2027, este espacio acogerá el Centro de Interpretación del Santo Cáliz, una propuesta que no sólo pretende atraer turistas y curiosos, sino también plantarse con firmeza ante los cuestionamientos y controversias que han acompañado a esta copa durante siglos.
Lo hará con una estrategia clara: la ciencia como escudo, el conocimiento como guía y la honestidad intelectual como única bandera.

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Historia y fe bajo el microscopio académico
Detrás del proyecto hay nombres propios que lo dotan de legitimidad. El catedrático Miguel Navarro, especialista en Historia de la Iglesia y docente de la Facultad de Teología en la Universidad Católica de Valencia (UCV), lidera la iniciativa con el mismo rigor con el que ha examinado tesis doctorales durante más de dos décadas. Una de ellas, precisamente, fue la de Catalina Martín, hoy su compañera en este proyecto y actual vicedecana de Multimedia y Artes Digitales en la misma universidad.
Ambos forman una dupla académica con un propósito común: dotar al centro de un contenido sólido, contrastado, transparente y a la vez accesible. Navarro lo explica sin rodeos: “Este centro no se construye para adoctrinar, sino para exponer hechos. Hemos querido huir del dogmatismo tanto religioso como pseudohistórico”.
Martín añade con convicción: “La mirada será libre. No nos interesa confirmar creencias sin cuestionarlas, sino estudiar, investigar y mostrar con honestidad lo que la documentación y la arqueología nos permiten afirmar”.
¿Qué hace especial al cáliz de Valencia?
En una época en la que proliferan las reliquias y cada iglesia antigua parece albergar algún fragmento sagrado, el Cáliz de la Catedral de Valencia destaca por varias razones que han sido largamente estudiadas y defendidas por diversos especialistas.
- Está documentado desde el siglo XIV como objeto de devoción por parte de reyes, nobles y autoridades religiosas.
- Su datación arqueológica lo sitúa en los dos primeros siglos de nuestra era, precisamente en el contexto histórico en el que se habría celebrado la Última Cena.
- Está hecho de ágata, piedra comúnmente usada para vasos de bendición en el judaísmo del siglo I, y presenta una forma de bol, como las copas usadas por las familias judías durante el rito pascual.
- Su procedencia apunta a Asia occidental, región donde se encuentra Jerusalén, lo que refuerza su potencial vínculo con los orígenes del cristianismo.
A todo esto se suma un elemento crucial: no hay pruebas en su contra. Como señala Navarro, “no tenemos una fotografía de la Última Cena, claro está, pero ninguna evidencia desmiente que esta copa pudiera estar presente esa noche”.
Contra el sensacionalismo: metodología científica
Una de las principales fortalezas del futuro centro es su planteamiento metodológico. El equipo responsable ha elegido a los colaboradores no por su afinidad religiosa o su fervor devocional, sino por su solvencia científica. “Queríamos expertos que dijeran la verdad, incluso si no era lo que queríamos oír”, afirma Navarro. “Nadie ha sido seleccionado para validar un relato. Todo lo contrario: buscamos la crítica, el debate, la revisión”.
Este compromiso con la veracidad ha llevado a los investigadores incluso a replantear análisis previos y traducir nuevamente textos históricos que, en algunos casos, habían sido malinterpretados. Como recuerda Catalina Martín, el profesor Gustavo Turienzo desmintió las conclusiones sobre la supuesta copa de León tras revisar los documentos árabes usados para sustentar esa hipótesis. “El rigor ha sido nuestra brújula”, afirma.
Un centro para todos los públicos
Aunque el fondo sea académico, la forma será visual, clara y atractiva. Uno de los retos del Centro de Interpretación será lograr equilibrar el contenido histórico con una presentación didáctica que lo haga accesible a todos los visitantes, desde estudiantes hasta peregrinos, pasando por turistas o curiosos sin formación previa en teología o arqueología.
“No hemos caído en lo rancio, en lo oscuro o en lo inaccesible”, asegura Martín. “Será un espacio con lenguaje audiovisual, con recursos digitales, con herramientas que permitan comprender la importancia del cáliz sin necesidad de ser un erudito”.
De hecho, el nombre del centro no es casual. “Interpretación” es la clave, porque el objetivo no es imponer una visión, sino ofrecer múltiples lecturas desde la historia, la religión, el arte y la cultura.
El Santo Cáliz frente al Grial
Uno de los puntos que más confusión genera —y que el centro quiere abordar de forma directa— es la mezcla entre el Santo Cáliz y el mito del Grial. Aunque en la cultura popular ambos conceptos se han entrelazado, los investigadores del proyecto insisten en la necesidad de separar la ficción de la historia.
“El Santo Cáliz es una reliquia física, localizada, documentada. El Grial es una construcción literaria”, explica Navarro. “La fusión entre ambos es un fenómeno moderno, resultado de la reinterpretación romántica de las leyendas artúricas. Pero no debemos caer en la trampa de convertir la historia en cuento de hadas”.
Catalina Martín subraya que uno de los valores añadidos del centro será precisamente educar al visitante en esta distinción, evitando que el atractivo turístico derive en banalización o en mitificaciones sin fundamento.
Preparativos para el Año Jubilar 2025
Mientras el centro se construye, Valencia ya se prepara para un evento clave: el tercer Año Jubilar del Santo Cáliz, que comenzará el último jueves de octubre de 2025. En este contexto, el Ayuntamiento, a través de la Fundación Visit València, ha encargado un estudio para mejorar la experiencia de los visitantes a la Capilla del Cáliz.
Las propuestas incluyen:
- Mejoras en la visibilidad de la reliquia.
- Gestión inteligente de los flujos de visitantes.
- Incorporación de pantallas informativas.
- Entrega de sistemas de audio inalámbrico para una experiencia más personalizada.
- Diseño de una puesta en escena emocional para comenzar la visita en clave espiritual.
Según la concejala de Turismo, Paula Llobet, estas medidas buscan no sólo mejorar la visita, sino también posicionar a Valencia como un referente en turismo religioso y cultural. “El Santo Cáliz no es sólo devoción: es historia, es arte, es identidad. Y eso hay que saber comunicarlo al mundo”, ha declarado.
Un legado en construcción
La creación del Centro de Interpretación del Santo Cáliz es una oportunidad única para que Valencia dé un paso adelante en la valorización de su patrimonio. A través de una propuesta equilibrada entre ciencia y fe, investigación y divulgación, el proyecto promete convertirse en un punto de encuentro entre pasado y presente, entre creencia y razón.
Como concluyen sus impulsores: “No queremos convencer a nadie. Solo queremos mostrar lo que sabemos. Y dejar que cada cual saque sus propias conclusiones”.