Esta pequeña gacela propia de África Oriental que habita principalmente en el Serengetti, el Masai Mara y el Ngorongoro destaca, con su colorida estampa, en la “Sabana verde” de Bioparc.
La gacela de Thomson (Eudorcas thomsoni) es un tipo de gacela propio de África Oriental. Debe su nombre al explorador Joseph Thomson, y a veces se le llama con el diminutivo “tommie”. Sus mayores efectivos se encuentran en Kenya y Tanzania, concretamente en el Serengetti, el Masai Mara y el Ngorongoro. Se estima que su población está en torno a los 550.000 ejemplares, por lo que no puede considerarse en serio peligro de extinción, sin embargo su número ha disminuido un 70% en los últimos 20 años debido a la modificación de su entorno por la acción del hombre, mediante cultivos, carreteras y urbanizaciones.
Rápidas y ágiles, las “tommie” son capaces de alcanzar los 80 Km/h, y de correr a esta velocidad en zig-zag, técnica que les permite escapar de sus muchos predadores, especialmente del más veloz de todos: el guepardo.
Esta pequeña gacela suele pesar entre 15 y 30 Kg., y presenta un manto leonado, con vientre blanco y una característica banda negro horizontal. Es un herbívoro especializado en hierba corta, y sigue a las manadas de ñúes y cebras en sus migraciones, pastando una vez que los herbívoros de mayor tamaño han segado la hierba alta.
Los recintos multiespecie de Bioparc
En Bioparc puede contemplarse una esmerada recreación de la sabana africana, tanto desde el punto de vista del diseño, como del estudio de su colección zoológica, seleccionando especies compatibles entre sí. A diferencia de otros recintos en nuestra latitud, la sabana de Bioparc tiene hierba fresca todo el año, y el tipo de alimentación de la gacela de Thomson es complementario al de los impalas, blesbok, kobos, y por supuesto, jirafas, especies con las que habita en la denominada “sabana verde”.
Bioparc Valencia, recibió un grupo de gacelas Thomson procedentes del zoológico de Ramat Gan (Israel), con el fin de asegurar la reproducción de esta especie y, por tanto, su supervivencia. Al tratarse de un transporte de animales proveniente de fuera de la Unión Europea, fueron necesarios un buen número de chequeos y análisis veterinarios, además de dos meses de cuarentena.
Tras este largo viaje desde un extremo al otro del Mediterráneo, el periodo de adaptación a su nuevo hogar en Valencia ha sido largo, puesto que requiere un proceso lento, paulatino y cuidadoso con el fin de acostumbrarse poco a poco al nuevo recinto y luego a las otras especies animales con que comparten la Sabana.
El resultado hoy es que los visitantes de Bioparc Valencia tienen el raro privilegio de contemplar a las “tommies” y su colorida estampa, que destaca entre las colinas herbáceas. A la importancia zoológica de este logro se le añade un fuerte componente educativo. Y, sin duda, la imagen de nuestro rebaño de gacelas de Thomson en Bioparc será un grato recuerdo de su visita y una evocadora imagen del Serengetti en Valencia.
VLC Ciudad / Redacción / @bioparc