La reciente DANA que ha golpeado Valencia ha dejado una profunda marca, tanto a nivel físico como emocional. Las pérdidas materiales, la incertidumbre y la sensación de impotencia son realidades que muchos están viviendo. Es completamente natural sentir miedo, tristeza o frustración en estos momentos. Recuerda que no estás solo/a: muchas personas están pasando por lo mismo, y el apoyo mutuo puede ser una fuente de fortaleza y consuelo.
Aceptar nuestras emociones: El primer paso hacia el equilibrio
La DANA ha desatado una ola de emociones intensas y, a veces, abrumadoras. El primer paso para afrontarlas es aceptar lo que sentimos. Aceptar nuestras emociones no significa resignarse, sino darnos permiso para sentirlas y gestionarlas con compasión. Un ejercicio que puede ayudarte es cerrar los ojos y nombrar lo que sientes en voz baja, como “Estoy sintiendo miedo” o “Me siento desorientado”. Sin juzgar tus emociones, simplemente obsérvalas y date permiso para sentirlas.
Recuerda que estas emociones se sienten en el cuerpo, no solo en la mente. Al reconocerlas, te conectas con tu cuerpo, que te lo agradecerá. Enhorabuena por este primer paso hacia el equilibrio.
Consejo adicional: Si te resulta difícil manejar las emociones, habla con alguien de confianza. A veces, compartir lo que sientes con una persona que te escuche sin juzgar puede ofrecer alivio y comprensión.
Recuperar la calma en medio del caos de la DANA
Aunque no podamos controlar los efectos de la DANA, sí podemos encontrar formas de calmar nuestra tormenta interior. Cuando el mundo parece venirse abajo, podemos apoyarnos en algo tan simple pero poderoso como nuestra respiración. Seguro que has notado cómo tu cuerpo responde a la respiración: cuando respiramos rápido, el cuerpo se tensa; cuando respiramos despacio, el cuerpo se relaja.
Un ejercicio sencillo que puede ayudarte es respirar profundamente contando hasta cuatro, luego exhalar contando hasta ocho, y repetirlo tres veces. Este pequeño truco me ha ayudado en momentos de ansiedad, y espero que también te aporte paz a ti.
Consejo adicional: Mantener una rutina básica, como comer y dormir a horas regulares, puede ayudarte a sentir más estabilidad. Incluso si todo a tu alrededor parece caótico, estas pequeñas acciones proporcionan un ancla de normalidad.
Construyendo equilibrio y fortaleza interior
La DANA ha afectado nuestro entorno y puede hacernos sentir fuera de control, pero podemos trabajar en construir estabilidad desde dentro. Las pequeñas prácticas diarias, como la visualización y la respiración consciente, fortalecen nuestra fortaleza interior. Cuando te sientas abrumado/a, cierra los ojos e imagina que eres una montaña fuerte y estable. Siente cómo, a pesar de todo lo que ocurre a tu alrededor, permaneces firme y en calma. Puedes repetir este ejercicio tantas veces como lo necesites; incluso un solo minuto puede marcar la diferencia.
Consejo adicional: Cuida de tu cuerpo. El estrés y el trauma pueden afectar tu bienestar físico, así que intenta mantener una alimentación nutritiva, descansar adecuadamente y, si es posible, realizar ejercicio suave. Estas acciones ayudan a recuperar energía y a procesar las emociones.
Otro apunte útil: Si sientes que debes hacer frente a demasiadas cosas a la vez, establece prioridades. Haz una lista de lo más urgente y permite que te enfoques en un paso a la vez. No te exijas más de lo que puedes manejar en este momento.
Cómo actuar con una persona afectada por la DANA
Si conoces a alguien que ha sido gravemente afectado por la DANA, es importante saber cómo ofrecer apoyo emocional de manera efectiva. Aquí algunas pautas que pueden ayudar:
- Escucha activa: Una de las cosas más valiosas que puedes ofrecer es tu tiempo y atención. Escuchar sin interrupciones y sin tratar de minimizar el dolor de la persona puede ser muy sanador. Deja que expresen lo que sienten, y valida sus emociones diciendo cosas como: “Es normal que te sientas así después de todo lo que has pasado”.
- No presiones para que hablen: A veces, la persona afectada puede no estar lista para compartir lo que siente, y eso está bien. Respeta su ritmo y no insistas. Estar ahí de manera silenciosa pero presente también es un gran apoyo.
- Ofrece ayuda práctica: Las personas afectadas por una situación como la DANA a menudo se sienten abrumadas por todo lo que tienen que gestionar. Pregunta cómo puedes ayudar de manera concreta, ya sea haciendo recados, cuidando a los niños o ayudando a organizar los espacios afectados.
- Sé paciente y comprensivo/a: La recuperación emocional no tiene un calendario fijo, y cada persona necesita su tiempo para sanar. Evita comentarios como “Deberías superarlo ya” y en su lugar, ofrece tu comprensión y apoyo constante.
De la tormenta nace la fortaleza
Sabemos que la DANA ha traído momentos de miedo y vulnerabilidad, pero también es una oportunidad para descubrir una fuerza interna que quizás no sabíamos que teníamos. En estos momentos difíciles, cada pequeño paso hacia el equilibrio y el autocuidado es un recordatorio de nuestra capacidad para adaptarnos y seguir adelante.
Que este desafío sea una oportunidad para conectar contigo mismo/a de una forma más profunda y para encontrar esa paz y fortaleza que está en tu interior. Cuidarte, respirar profundamente y reconocer tus emociones no solo te ayudará a sentirte más estable, sino que también cultivará una fortaleza que te hará más fuerte para enfrentar futuros retos. Porque, aunque la DANA haya sacudido nuestro entorno, podemos aprender a navegar por sus secuelas con la confianza de que cada experiencia nos enseña y nos fortalece.
Brigitte Blandin
Coach y mentora de vidas