El Péndulo | Redacción.- El equipo de investigadores que buscaba los restos del escritor Miguel de Cervantes en la iglesia de las Trinitarias de Madrid, confirmó esta mañana, tras un más de un año de estudios, que lograron encontrar parte de los restos óseos de del escritor de ‘El Quijote de la Mancha’ junto a menos de un año de celebrarse el cuarto centenario de su fallecimiento.
“A la vista de toda información generada de carácter histórico, arqueológico y antropológico en este caso es posible considerar que entre los fragmentos de la reducción localizada en el suelo de la cripta de la actual iglesia de las Trinitarias se encuentren algunos fragmentos pertenecientes a Cervantes. Son muchas las coincidencias y no hay discrepancias”, confirmó el director del proyecto de investigación, el antropólogo forense Francisco Etxeberría, al concluir la exposición de sus resultados.
Según este trabajo de investigación, los restos del escritor y de su esposa, Catalina de Salazar, se encontraban en el subsuelo de la cripta del convento, en el nivel más bajo de enterramiento sobre el sustrato natural, junto a otros restos de individuos adultos e infantiles, en la denominada “reducción número 32”. En este sentido, según la investigación histórica, un conjunto de restos de 17 personas, entre los que estaban los de Cervantes y su mujer, fueron inhumados entre 1612 y 1630 y trasladados de su enterramiento original en la primera iglesia de las Trinitarias a la nueva iglesia de la comunidad levantada en una parcela cercana, el convento actual, entre 1698 y 1730.
Según la antropóloga Almudena García-Cid, en esa ‘reducción número 32’ hay restos de un mínimo de cinco niños y un mínimo de diez individuos adultos (de los que cuatro son masculinos, dos femeninos, dos indeterminados y dos probablemente masculinos), lo que se corresponde con los 17 enterramientos documentados en la iglesia inicial.
“No hay certeza absoluta”
No obstante, Exteberría ha querido dejar claro que “no se puede hacer una verificación matemática” ni hay “certeza absoluta”, como la que permite el ADN, lo que les hacer “ser prudentes”, aunque insisten en que la investigación histórica, antológica y antropológica permite deducir que entre los restos encontrados hay fragmentos de restos de Miguel de Cervantes.
Tras la insistencia de la prensa al respecto, el forense señaló que una hipotética tercera fase del proyecto de investigación contemplaría un análisis bioquímico de los restos hallados, aunque admite la dificultad debido a su deficiente estado de conservación. “No sabemos si la muestra que tenemos va a rendir lo suficiente para extraer ADN y hacer el cotejo”, reconoció Exteberría, que ha indicado que otra gran dificultad añadida sería el comparar la muestra con algo, pues solo podría hacerse con los restos de la hermana del autor del Siglo de Oro, enterrada en un osario junto a otros muchos más cuerpos en un convento de Alcalá de Henares.
En este sentido, el historiador Francisco Marín Perelló, miembro del equipo de investigación, subrayó la “certeza” del hallazgo “desde el punto de vista histórico”.
El equipo de investigación ha apuntado, no obstante, que los trabajos continuarán, a la vez que han reconocido que la presión de los medios de comunicación les ha llevado a adelantar estos resultados preliminares. Pese a ello, han insistido que el resultado arrojado no iba a variar de ahora a dentro de unos meses.
En la denominada ‘reducción número 32’ de huesos, también se han encontrado restos de tejidos que corresponden a prendas litúrgicas del siglo XVII, como una estola y una casulla, además de una moneda de 16 maravedís de finales de siglo XVII, que coincide con la época en que se debieron trasladar los restos, según explicó la antropóloga García-Rubio.
Estos elementos han permitido contribuir a la datación de esos restos óseos, que ha resaltado que se encuentran en un “estado muy deficiente”. Eso ha impedido “individualizar” los restos del escritor.
Trabajos de investigación
Los trabajos de investigación, financiados por el Ayuntamiento de Madrid, se encontraban en la segunda fase del proyecto, de recuperación y análisis de material, bajo la dirección de Francisco Etxeberría, que ha participado en el estudio de las fosas comunes de la Guerra Civil, en el caso Bretón o en el análisis de los restos de Salvador Allende.
Los trabajos comenzaron a finales de abril del año pasado, casi 400 años después de la muerte del escritor de El Quijote, en la iglesia donde fue enterrado por expreso deseo del escritor, gran devoto de la orden Trinitaria, que le rescató de cinco años de cautiverio en Argel.
En la primera fase, un equipo de georradaristas liderado por el codirector del proyecto Luis Avial localizó cuatro sepulturas en la iglesia y la cripta con los nichos donde se han localizado los restos.