Miguel Légor.
Una encuesta bien realizada es muy importante para cualquier empresa o entidad que se precie para saber que suprimir, mantener, añadir o modificar, y las fallas no son un mundo ajeno a ello, por mucho que haya quienes piensan que todo va bien en la Fiesta y sólo son necesarios algunos retoques. Por ello considero útil la encuesta realizada en todo lo relacionado con el colectivo fallero, que agrupa al 12% de los habitantes de Valencia, excepto en las preguntas sobre ideologías y creencias, ya que ambas son del ámbito personal, y las primeras quedan expresadas en las urnas donde los ciudadanos votan a quienes quieren que les representen. Si son de diferente partido al de la legislatura anterior porque mayoritariamente no están de acuerdo como gestionaron.
Según la encuesta casi la mitad de los preguntados han manifestado que la convivencia falleros-vecinos es uno de los asuntos a mejorar, en buena parte, porque en anteriores legislaturas municipales permitieron inadecuados comportamientos para que no les perjudicara en las siguientes elecciones. Aunque la pregunta fue global, sin especificar que desencuentros, uno muy importante son las verbenas y discomóviles hasta las cuatro y cinco de la madrugada y con la música perceptible en medio kilómetro de radio, y no sólo circunscritas a la semana fallera, ya que son muchas las comisiones que aprovechan importantes fechas festivas de Valencia para realizar actividades con las que mantener su contacto con la demarcación, una actitud muy loable, pero con excesiva frecuencia sin tener en cuenta a quienes necesitan descansar para estar en condiciones para su actividad laboral del día siguiente, no desean acostarse muy avanzada la madrugada o les molesta el exceso de vatios musicales. También tendría la parte positiva de no perjudicar la capacidad auditiva de los asistentes al baile.
Valencia en los principales días falleros es una ciudad repleta de monumentos efímeros, algunas calles con iluminaciones especiales, muchos puestos para la venta de chocolate, buñuelos y otras frituras, vendedores ambulantes dificultando el paso de los peatones, músicos actuando y pidiendo la aportación de los viandantes, y mucha publicidad, luminosa de noche, de bebidas, comidas, seguros, bancos,…..en las demarcaciones falleras.
Como valenciano me satisface que Las Fallas hayan sido consideradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pero la belleza y el atractivo callejero de varios decenios atrás parcialmente ha desaparecido por que las comisiones, que mayoritariamente no pueden cobrar cuotas muy elevadas a falleras y falleros si quieren que continúen en su censo, han tenido que buscar patrocinadores que lógicamente quieren que sea visible su razón social en proporción a su aporte económico. Han ido desapareciendo los cobros de cuotas a los vecinos, que los unía a la Falla, han languidecido hasta casi desaparecer las replegás, quienes aún siguen con la lotería con recargo la circunscriben a pocos sorteos anuales y los falleros de honor son una ayuda complementaria.
En cuanto a cómo actúan, un pequeño porcentaje de las 350 comisiones del término municipal de Valencia, principalmente de las secciones especial y primera, concentran su actividad en la competición para que su monumento sea el mejor en su sección, otras la comparten con iluminación, y la gran mayoría, aunque manifiestan que la falla es lo más importante, en la realidad es el motivo o excusa para hacer fiesta, en unas principalmente para los componentes de la comisión, amigos e invitados reunidos en el casal o la carpa, y en otras compartida con el vecindario de su demarcación. Éstas son las que continúan con el espíritu de la Fiesta.
El 48% de los encuestados son partidarios de un presidente elegido sin interferencia municipal. ¿Pero cuál sería el resultado si la pregunta la hicieran por separado a las comisiones de las secciones especial, primera, y a las restantes?. Posiblemente habría reveladoras sorpresas, por las muchas comisiones sin ganas de politiqueos para criticar o pelotear al presidente oficial, y estar sólo preocupadas para tener suficiente disponibilidad económica para la mejor realización de actividades y festejos.
A quienes critican las encuestas habría que recordarles que para tantear el terreno el 15 de noviembre del año pasado el Casal Bernat i Baldoví promovió la mesa redonda “Fallerit ¿Son viables las fallas independientes?” para contrastar pareceres con juntas locales de otros municipios y la Comisión Gestora de les Fogueres d’Alacant (Ciudad donde conviven comisiones de hogueras y de barracas), todas con acuerdos económicos con sus ayuntamientos respectivos pero con presidentes elegidos directamente por ellas que tienen que demostrar su valía.
Si no recuerdo mal, recientemente el Concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, sugirió a la Interagrupación, presidida por Jesús Hernández, que se hiciera cargo de la presidencia. Palabras que se las llevó el viento, ya que tendrían más obligaciones y no podrían practicar el deporte de encuentros y desencuentros con el presidente de la Junta Central Fallera si las actuaciones de éste son o no de su complacencia.
Por ello sugiero: presidente elegido con un voto por falla, mejorar el acercamiento falleros-resto vecinos cambiando si es necesario horarios de festejos, establecer acuerdos económicos con el ayuntamiento, dedicar los esfuerzos a la coordinación, recuperación, creación y mantenimiento de actos, publicitar las actividades de las comisiones que puedan aportar más variación a la Fiesta, no perder el tiempo en tropiezos políticos y estar al tanto para cumplir lo que nos obliga que las Fallas hayan sido declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.