La canciller alemana, Angela Merkel, exigió “transparencia total”, EEUU interpuso una demanda penal y Francia e Italia anunciaron investigaciones. La automotriz equipó 11 millones de vehículos con un software diseñado para falsear los resultados de los controles de polución
Merkel pidió que se esclarezca el caso que compromete la credibilidad de una empresa identificada con la excelencia de la industria alemana. Pero la espiral del escándalo trascendía las fronteras.
En Estados Unidos, donde la agencia californiana de protección del medio ambiente (Carb) ya investigaba el caso, la división de recursos naturales del Departamento de Justicia decidió incoar una causa penal contra la firma.
Italia y Francia anunciaron, por su parte, la apertura de investigaciones, en tanto que las autoridades surcoreanas convocaron a directivos del grupo para exigirles explicaciones. Canadá también anunció que investigará si la comapñía alemana violó las leyes locales.
Volkswagen confesó haber equipado once millones de coches en todo el mundo con un software de manipulación de datos de emisiones contaminantes, en un escándalo que volvió a derrumbar las acciones del gigante alemán en bolsa. El índice Dax 30 de Frankfurt cayó un 3,80%, lastrado por los títulos de Volkswagen, que se derrumbaron un 19,82%, después de haber perdido casi un 18% el lunes. Así, en dos días, la desvalorización bursátil del líder mundial de la venta de automóviles alcanzó el 35% respecto al cierre del viernes, cuando se desató el vendaval.
El caso fue destapado en Estados Unidos. “Alrededor de 11 millones de vehículos en todo el mundo fueron equipados” con un programa informático diseñado para falsear los resultados de los controles de polución, admitió la compañía en un comunicado.
“Nuevas investigaciones internas han demostrado que ese software se había instalado en otros vehículos diésel del grupo”, apuntó. Eso podría indicar que softwares fraudulentos detectados en modelos de las marcas VW y Audi en Estados Unidos podrían estar presentes en otras insignias de la casa matriz, que cuenta entre sus pertenencias nombres como Seat, Skoda o Porsche.
Volkswagen anunció, además, haber aprovisionado 6.500 millones de euros en el tercer trimestre del año para enfrentar las primeras consecuencias del caso, lo cual la llevará a “ajustar sus metas de beneficios de 2015”.
El gigante alemán, con una plantilla de 590.000 operarios en todo el mundo, podría ser condenado a una multa de hasta 18 mil millones de dólares. A esa suma deben añadirse los costes del retiro de los vehículos concernidos y de las indemnizaciones de eventuales demandas públicas y privadas.