El IVC+R trabaja en conservar las pinturas de los abrigos rupestres
En el paraje de Escaleruela en el municipio de Alpuente los antepasados neolíticos dejaron testimonio de su presencia con pequeñas figuras humanas y animales que pintaron en las paredes de un abrigo. Siete mil años después los arqueólogos y restauradores del IVC+R se afanan por mantener esas pinturas en perfecto estado de conservación.
El abrigo de La Arquela es uno de los 680 conjuntos rupestres que se distribuyen por la geografía de la Comunitat Valenciana, territorio que posee el 40% de las pinturas rupestres de arte levantino reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 1998.
Un año después de esa fecha, un pastor de la zona encontró de casualidad al grupo de arqueros en movimiento de La Arquela. Se trata de unas 40 figuras humanas desplazándose en busca de sus presas con detalles muy definidos sobre la indumentaria y armamento. Los investigadores han descubierto dos mujeres entre el grupo de cazadores, lo que indica que el papel de las mujeres no solo se restringía a las tareas de recolección de frutos.
Hasta el momento sabemos que los conjuntos rupestres aportan información sobre la estructura social de las comunidades prehistóricas y de la realidad cotidiana que les rodeaba; de sus pinturas se desprenden narraciones relacionadas con la caza, la guerra, la muerte… en lo que todavía no se han puesto de acuerdo los investigadores es por qué y para qué pintaban, y qué significaban esas pinturas que dejaron impresas en las paredes rocosas en una cavidad de la montaña.
Sí que es unánime la teoría de que la técnica de pintar se la tomaban muy en serio perfeccionando con el tiempo los materiales y los instrumentos de sus manifestaciones artísticas. Primero utilizaron los dedos de sus manos como pincel pero luego fueron depurando las herramientas e incorporaron la utilización de plumas de aves y tallos vegetales con las que obtener dibujos precisos.
En cuanto a los materiales usados para dar color a su expresión artística consistían en pigmentos de minerales de óxido de hierro para el rojo, manganeso para el negro y el color blanco lo sacaban del caolín.
El abrigo de la Arquela está al aire libre y expuesto a las inclemencias meteorológicas: la lluvia, la nieve, la humedad, el viento son los mayores enemigos del arte rupestre. El polvo y otros microorganismos son también elementos que amenazan con borrar las pinturas de la pared.
El conjunto esta siendo objeto de un proyecto de intervención integral por parte de la Dirección General de Cultura y Patrimonio y el IVCR, que incluye el análisis de los soportes, la documentación y análisis de las pinturas, la restauración y la protección física.
Para el arqueólogo del Institut Valencià de Conservació y Restauració, Rafael Martínez, “las pinturas de los abrigos rupestres son un patrimonio frágil que hay que cuidar porque es un patrimonio insustituible”.
Martínez expone que la intervención que se está realizando consiste “en frenar los factores de alteración que son principalmente de origen natural como es el agua y microorganismos que viven en la roca para garantizar su conservación en el futuro”. El trabajo consiste en aplicar productos que consoliden los soportes y protejan las pinturas, y en evitar la humedad que se almacena en el interior de las rocas.
Una vez que los trabajos de restauración concluyen, se inicia el proceso de documentación, catalogación y difusión del yacimiento. La subdirectora del IVC+R, Gemma Contreras, explica que el sentido de los trabajos de recuperación además de la conservación es mostrar a los ciudadanos el patrimonio cultural que tiene la Comunitat Valenciana”. Añade que en el caso de las pinturas rupestres, la difusión se complica porque suelen estar alejadas de los núcleos de población y con difícil acceso para los ciudadanos. “En algunos yacimientos rupestres se pueden visitar de forma controlada y con guías que conocen el terreno pero en otros se requiere de material divulgativo que informe de forma precisa de las pinturas del abrigo y ello lo conseguimos con la utilización de la tecnología y de formatos 3D”, apunta Contreras.
El abrigo de la Arquela, junto al río Tuéjar, es uno de los que no se puede visitar mientras duren los trabajos de investigación y restauración pero en la Comunitat Valenciana hay una ruta de itinerarios de yacimientos visitables. En la provincia de Castellón, se encuentra el parque cultural de la Valltorta y Morella la Vella; en Alicante, el Plà de Petracos de Castell de Castells y los abrigos de La Sarga en Alcoi; y en Valencia están los yacimientos de Bicorp-Millares.