Valencia Noticias | Agencias.- Alexis Tsipras, primer ministro griego, consideró en la jornada de ayer que Atenas estaba “más cerca que nunca” de un acuerdo con sus acreedores, la UE y el FMI, pero exigió la retirada del proyecto “absurdo” de reformas sobre el futuro financiero del país presentado por sus acreedores.
“Estamos más cerca que nunca de un acuerdo”, declaró Tsipras en una sesión extraordinaria ante el parlamento para informar a los diputados sobre el curso de las negociaciones.
No obstante, la propuesta de los acreedores a los dirigentes griegos de la mano del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en una reunión en Bruselas fue calificada de “sorpresa desagradable” por el primer ministro heleno.
Esta propuesta sugiere que el país, después de cinco años de austeridad, debería ahorrar 3.000 millones de euros suplementarios y un superávit primario (fuera del pago de la deuda) más elevado del propuesto por Atenas.
“No solo necesitamos un acuerdo con los acreedores, sino una solución definitiva para Grecia y Europa, especialmente sobre la viabilidad de la deuda” pública griega que acabe con las especulaciones sobre la salida de Grecia del euro, afirmó Tsipras.
Grecia consiguió aplazar el jueves una serie de reembolsos al Fondo Monetario Internacional (FMI), provocando la sorpresa en Europa y en los mercados.
Atenas pagará a final de mes los 300 millones de euros que debía devolver al FMI este viernes, agrupando en un solo pago el conjunto de vencimientos del mes de junio, que alcanzan los 1.600 millones de euros.
El gobierno de Alexis Tsipras espera poder devolver ese dinero con la entrega del último tramo de ayuda de 7.200 millones de euros, de los 240.000 millones acordados al país desde 2010.
Aunque esa decisión sorprendió a los socios de Grecia, no pareció disgustarlos, ya que, como indicó el portavoz de la Comisión Europea Margaritis Schinas, “está en línea con el reglamento del FMI”.
Zambia era el único país en haber recurrido al agrupamiento de pagos, a mediados de los años 1980.
El ejecutivo griego asegura que hizo “concesiones respecto a los anuncios iniciales de su programa gubernamental”, pero Atenas considera que la última propuesta de sus socios presenta “posturas extremas” que no puede aceptar.
Los puntos de bloqueo principales en las negociaciones son los relacionados con los objetivos de ajustes fiscales para 2015 y 2016, así como el régimen de pensiones y de fondo, la cuestión no resuelta de la viabilidad de la deuda.
En la última semana se han multiplicado los encuentros al más alto nivel político, con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, como principales protagonistas.
El primer ministro griego, el presidente de la Comisión Europea y el presidente de la eurozona, Jeroen Dijsselbloem, deberían volver a reunirse en los próximos días para limar diferencias.
Para los acreedores también existe una dimensión “geopolítica” por la que preocuparse, según una fuente europea, por gestos como la última entrevista de Tsipras este viernes con el presidente ruso, Vladimir Putin, para abordar la “cooperación energética” y económica.
El caso griego será discutido en la reunión del G7 el domingo 7 y lunes 8 de junio en Alemania.