Valencia Noticias | Agencias.- El que fuera presidente de Andalucía y consejero de Economía y Hacienda, José Antonio Griñán, negó en su declaración, como imputado por el caso de los ERE, ante el Tribunal Supremo, tener conocimiento sobre los informes de la Intervención General de la Junta que alertaban de las irregularidades en la concesión de las ayudas públicas porque no le fueron remitidos y se desvinculó de la gestión de esos fondos porque no correspondía a su consejería, sino a la de Empleo, así lo indica una nota informativa de rtve.
Griñán reconoció, no obstante, que hubo deficiencias en el control del dinero. “Yo no creo que hubiera un gran plan, pero hubo un gran fraude y eso significa que algunos de los controles pudieron fallar”, señaló a los periodistas tras sus cuatro horas de declaración voluntaria.
Griñán manifestó su satisfacción por poder explicarse en sede judicial y ha expresado su “rechazo” por todos los hechos irregulares que se han producido en torno a este asunto.
Sobre la responsabilidad de la Consejería que dirigió entre 2004 y 2009, el expresidente andaluz incidió en que Hacienda “no es un órgano de fiscalización” sino que, “en todo caso”, su cometido es de “presupuestación y recaudación”, pero “nunca de fiscalización de otros departamentos”.
Así las cosas, subreyó que “la presupuestación” se hizo “correctamente” y que la cuestión pudo estar en “el modelo de ejecución del gasto”, que es algo que “siempre le corresponde al departamento que tiene asignado el crédito” que, en este caso, sería la Consejería de Empleo. “Nunca a otro departamento y nunca a la Presidencia de la Junta”, insistió.
Griñán dijo que él recibió las memorias anuales, no los Informes de la Intervención, y que las primeras se elevaron al Consejo de Gobierno y se “instruyó” a la Intervención General para que “en caso de que no lo hicieran las consejerías destinatarias de esos informes o estimara que pudiera haber fraude en el estado de fondos públicos, elevara el informe de actuación”
En esas memorias, según reiteró, se decía “exactamente” que aquellos defectos que existían se iban a poner en conocimiento de las consejerías afectadas. El Gobierno andaluz le decía entonces a la intervención que, si no le hacían caso las consejerías o si estimaba que hubiera fraude, “efectuara un informe de actuación”.
Por último, Griñán reflexionó sobre su situación, que calificó de “mala” para él y para su familia y añadió que, en su momento, ya asumió su “responsabilidad política” para no perjudicar al PSOE ni a la Junta de Andalucía.