Una anécdota poco conocida en la vida del icónico actor
Antes de convertirse en uno de los actores más reconocidos y queridos de Hollywood, Harrison Ford vivió experiencias que bien podrían formar parte de la trama de una película. En los mediados de los 60, mientras perseguía su sueño de actuar, Ford se encontró trabajando en diversos empleos para mantenerse, siendo la carpintería su principal sustento. Sin embargo, una de las facetas menos conocidas de su vida es su breve pero intensa conexión con Jim Morrison, el carismático líder de The Doors.
Un Encuentro Destinado a la Historia
La oportunidad de trabajar directamente con The Doors le llegó a Ford en 1968, cuando Paul Ferrara, amigo de Morrison y Ray Manzarek de sus días en la UCLA, le consiguió un puesto como operador de cámara para la filmación de un concierto de la banda. A pesar de no tener experiencia previa con cámaras profesionales, Ford se sometió a una formación exprés y se sumergió en la gira, contribuyendo a la creación del documental ‘Feast of Friends’ como segundo camarógrafo.
Más Allá del Cine
La relación de Ford con The Doors no se limitó a su papel detrás de la cámara; también participó en la logística de los conciertos, desde el montaje de escenarios hasta la medición de luz para las filmaciones. Sin embargo, lo que marcó un giro anecdótico en esta colaboración fue su involucramiento en el suministro de marihuana a Jim Morrison. Según Stephen Davis, biógrafo de Morrison, Ford proporcionó al vocalista una calidad de marihuana tal que terminó convirtiéndose en su proveedor personal durante ese breve período.
Reflexiones de Ford
Harrison Ford, reflexionando sobre esta etapa, destacó la intensidad de la experiencia, que lo llevó a considerar un cambio radical de vida al final de la gira. A pesar de la diversión y el aprendizaje, Ford reconoció la dificultad de mantener el ritmo con Morrison y el resto de la banda, una experiencia que, aunque efímera, dejó una impresión duradera en su memoria.
Conclusiones
Esta faceta de la vida de Harrison Ford revela no solo la diversidad de experiencias que moldearon su carácter antes de alcanzar la fama, sino también la intersección de caminos entre dos figuras legendarias de la cultura pop del siglo XX. La historia de Ford y Morrison es un testimonio de una época de exploración artística y personal, un episodio que, aunque menor en la larga y exitosa carrera de Ford, ofrece una perspectiva fascinante sobre su camino hacia el estrellato.