La emancipación de la mujer valenciana
Título: La llama de la Sabiduría.
Autor: Juan Francisco Ferrándiz.
Edita: Grijalbo, Barcelona, abril 2015.
Género: Novela Histórica, 570 páginas.
El Péndulo | José Carlos Morenilla.- La obra nos traslada a los albores de 1489, cuando el rey Fernando de Aragón, empeñado en la reconquista de Granada, es una autoridad lejana y Valencia se rige por los designios de un Consell y una nobleza plagados de secretos intereses y enemistades irreconciliables.
El lector encontrará con sorpresa una organización social donde el carácter, la rectitud o la ambición de sus prohombres, determinará el destino de sus conciudadanos. Un lugar donde los estratos sociales están separados por barreras insalvables y donde, las mujeres de todas las clases sociales, nobles o no, están sometidas a la misma sumisión inquebrantable al padre, al hermano o, y sobre todo, al marido.
Viviendo las peripecias de la Irene, la protagonista, sentiremos la rabia inconsolable ante la injusticia de su condición, el horror ante un destino inhumano e inevitable y el miedo a la Inquisición como amenaza persistente y definitiva.
Su condición de mujer es determinante en la trama de la novela, como también su espíritu indómito, su ansia de Libertad y de Justicia, su vocación de ayuda a los demás en la lucha por mantener abierto el hospital que hereda de sus padres, y su inteligencia y formación intelectual, cualidades estas sorprendentemente extendidas a las damas nobles o no, ricas o pobres, de una Valencia especial en ese deseo de emancipación femenina.
Ante nuestros ojos pasará la vida en la ciudad de Valencia; su ubicación histórica y social en el universo de la época; su marcada diferenciación y su influencia en el concierto internacional; el momento científico y asistencial de los hospitales; el día a día de sus habitantes; y los anhelos y frustraciones de sus ciudadanos, fuere cual fuere su condición social.
La obra reúne los valores del periodo que relata: el respeto a la verdad del caballero, la audacia del desesperado, el tesón del peregrino y la astucia e intuición del buscador de tesoros. Son virtudes que con toda seguridad atesora su autor.
Son quinientas páginas que te atrapan desde la primera; que te mantienen en vilo, militante en pos de Libertad y Justicia; y que te obligan a reflexionar antes de tomar partido entre el Mal y el Bien, porque aquel recompensa con largueza y este exige esfuerzos llenos de incertidumbre y sacrificio.
Esta obra ha conseguido que ponga al día mis propias convicciones morales y cívicas en respuesta aquella máxima que dice que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Aquí hallarán vivo el reflejo de una sociedad olvidada a la que no podemos volver; de una organización social estratificada en castas; una ciudad donde las mujeres y los pobres estaban indefensos; un momento histórico que resucita ante nuestros ojos para recordarnos los valores que nos ayudaron a superarlo.
Para terminar, les diré que he iniciado la lectura del resto de las obras del autor: creo que acierto al recomendarlas.