El peso o la levedad de los recuerdos
Título: Relojes muertos.
Autora: Eva María Medina.
Editorial: Playa de Ákaba.
Género: Novela, 2014. 165 páginas.
El Péndulo | Ginés J. Vera.- Eva María Medina ha logrado con esta primera novela, ‘Relojes muertos’ (prologada por Juan Manuel de Prada), articular una historia con precisión de relojero. Desde las primeras páginas se advierte ya esa economía de cualquier exceso retórico, de ornato; frases cortas, contundentes, directas.
El narrador y protagonista de esta historia es Gonzalo Márquez, le conocemos en el hospital, le acompañamos cuando sale, cuando intenta retomar el tiempo perdido antes de su internamiento, enfrentarse a la vida buscando el sentido de sí mismo y cuanto le rodea. Le vemos a través de sus ojos casi pegados a sus retinas, también le escuchamos, le percibimos a veces a ritmo de reloj. El tic tac de la cotidianidad enfrentada con los demás, con los nimios detalles que llegan a él, a magnificarse en él frisando la sutil frontera entre realidad y esquizofrenia, entre vivido y soñado.
Gonzalo va palpando los estertores de un tiempo distinto, un devenir con tintes trágicos, un monólogo interior para entender y entenderse. Llega a preguntarse ‘Entonces, ¿qué hemos de elegir? ¿El peso o la levedad?’ al hilo de la lectura de Milan Kundera, de la novela ‘La insoportable levedad del ser’, presente en sus reflexiones.
La memoria, los recuerdos, el tiempo y la percepción de la realidad cuando afirma: ‘Solo quedaba la memoria, resignarse a los recuerdos, tan volátiles’. Y de entre esa amalgama surge el ‘desdoblamiento’ para componer su identidad a ojos del lector, la mirada que mira, pues él mira, observa, indaga y sigue viendo al cerrar los ojos o con los ojos abiertos.
Una novela corta, brillante por su argumento y trazado narrativo, ágil y al punto, reflexiva.