El Péndulo | Jimmy Entraigües.- La cantante de tangos argentina Adriana Varela llegó a Valencia con un exquisito repertorio de títulos (‘Nada’, ‘Volver’, ‘Malena’, ‘Malevaje’, ‘Por una cabeza’…) y…, más allá de esta selección, Varela dejó bien a las claras, desde el primer tango, que su presencia escénica, su rasgada voz y su personal manera de interpretar y sentir el tango la sitúa entre las grandes artistas del género o, mejor dicho, entre las grandes artistas del mundo del espectáculo.
Adriana Varela presenta cada tema a cantar, cumpliendo casi una labor pedagógica; introduce a su audiencia en su universo de melodías y letras, relata alguna anécdota y…, cuando ya tiene al público seducido suelta el torbellino de su voz rota, sus gestos felinos, su pelo jugando entre su cara y sus manos, y libera movimientos secos y enérgicos como una rockera que entre las quejas de un bandoneón y letras de poesía urbana encuentra sus respuestas existenciales.
Ver en directo a Adriana Varela es algo más que ver a una intérprete de tangos, es una experiencia de juego y seducción, es adentrarse en una elevada carga emocional y descubrir que el tango se hace humano y se vive por quien se expresa a través de él.
Bien arropada al piano por Marcelo Macri, Walter Castro al bandoneón y Rafael Varela a la guitarra, Varela devoró el escenario con su presencia y su talento demostrando que, hoy por hoy, es la mejor intérprete femenina en el mundo del 2X4. Por supuesto, el público asistente al Teatro Olympia (unas 400 personas aproximadamente) aplaudió con generosidad y entusiasmo cada tango y cada intervención. Tras un hora y media de espectáculo la cantante dejó sólo un bis para el respetable pero en el eco de la sala quedó registrado un comentario, “volvé, Adriana, volvé”. Y ahora esperamos el regreso.