Valencia Noticias | Ana Galarza.-“La ansiedad es una enfermedad de la clase media globalizada” asegura María Galiana, una de los dos protagonistas de la obra ‘Conversaciones con mamá’; un espectáculo donde el autor, Santiago Carlos Oves, ironiza a través del humor y el sarcasmo de los problemas del día a día.
‘Mamá’, una mujer independiente de 82 años, segura de sí misma y con un gran sentido del humor, simplifica ante su hijo Jaime, interpretado por Juan Echanove, las preocupaciones que le atañen a éste. La crisis, el paro, la falta de ilusión de los hijos, la pérdida del amor y del sexo con su mujer, la dificultad para reincorporarse al mercado laboral pasados los cincuenta, su suegra… En un solo decorado, una cocina, donde se desarrolla una conversación a la que podríamos hacer frente cualquiera de nosotros.
La conversación comienza cuando Jaime, preocupado por la grave situación económica que atraviesa su familia, se ve obligado a pedirle a su madre que se mude a vivir con él para poder vender la casa donde vive ella y así pagar su hipoteca. Ante tal situación, su progenitora le revela su relación sentimental con un hombre trece años menor que ella y “pobre” de profesión.
A partir de ese momento, María, viuda desde hace muchos años, utiliza toda su experiencia para aconsejar a su hijo. “Lo jodido es que ser viejo llega un poco tarde” afirma así que decide poder enseñarle a Jaime todo lo que ella no aprendió de los libros, sino de la vida, antes de morir.
Se inicia así toda una serie de lecciones por parte de ‘mamá’ ante la incredulidad de Jaime que intenta reconducir la conversación hacia el tema de la vivienda. Mientras él intenta convencer a su madre, queda plasmado el tópico de la mala relación suegra/nuera, el síntoma del nido vacío, la preocupación ante disparidad proximidad/lejanía que provocan las nuevas tecnologías, la liberación de la mujer respecto al hombre en la actualidad o un nuevo concepto de nuestro tiempo, el “yayoflauta.
Las temáticas que Oves reseña quedan plasmadas en una obra donde el nerviosismo y la preocupación son los adjetivos que definen al hijo frente a la simpleza y al humor de su madre.