En 1957 la sede de la Organización Nacional de Ciegos, de Valencia y provincia, se hallaba en la calle de Juan de Villarrasa, 10, en el desaparecido palacio de Parcent. El delegado provincial era José Ballester Dolz. La institución se encargaba de resolver temas relativos con los invidentes de la provincia de Valencia, ayudas económicas, sociales y ofreciendo clases relacionadas con cultura general ofrecidas por el profesor Fernando Berenguer, posterior a Bautista Chambó.
Pero el departamento más participativo era el de los ‘Cupones’, aquél que organizaba los sorteos de los popularmente llamados ‘ciegos’
Pero el departamento más participativo era el de los ‘Cupones’, aquél que organizaba los sorteos de los popularmente llamados ‘ciegos’. El responsable para la capital era Facundo Aranda Pallarés y el delegado provincial, Vicente Baixauli. Desde allí se emitían las tiras con cupones de un número con tres cifras que servía para el sorteo.
Cada cupón costaba 50 céntimos (en 1959 una peseta). El primer premio se pagaba a 125 pesetas el cupón y 12,50 para los que las últimas dos cifras coincidentes. Los sorteos tenían lugar en la propia Organización los días laborables, a las 20,30 horas. Los premios, que tenían una caducidad de 30 días, se pagaban en las mismas oficinas.
Señalar que los años 50 era una época de dureza económica y social -no tanto como la década anterior ahondada en la posguerra- donde la proliferación de ‘cupones’ de todo tipo hacía concebir esperanzas de conseguir un premio, una ayuda a las precarias economías domésticas. El Cupón Regalo Comercial, los cupones de racionamiento… acciones encaminadas a mitigar parte de la necesidad.
Los vendedores de los ‘iguales’ (se llamaban así porque en cada tira habían números iguales) se solían instalar o recorrer puntos céntricos y de aglomeración, como las esquinas próximas a un mercado.
Con la compra de los cupones también se ayudaba a los invidentes.
Llegamos a conocer a Pepica ‘La Curra’, a Evaristo, a Tonet ‘El Carabinero’, a un tal Miguel que había sido empleado de un cine o a Vicent ‘el de les aigües’, antiguo trabajador de Aguas Potables, todos vendiendo y deambulando por puntos del centro histórico.
Cuando la Organización Provincial fue absorbida por la administración nacional se creo la ONCE general para toda España…
Cuando la Organización Provincial fue absorbida por la administración nacional se creo la ONCE general para toda España y desapareció ese carácter de rifa popular valenciana que tenía lugar en una de las estancias de aquel vetusto palacio. También desapareció el cántico de ojos cerrados y corazón abierto: ¡Iguales para hoy..!