Un equipo de investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Politécnica de Valencia, ha dado un gran paso hacia una agricultura más sostenible con la patente de un compuesto capaz de reducir el impacto de la sequía y mejorar la productividad del tomate. Este descubrimiento, centrado en el butanoato de hexenilo (HB), un aroma natural emitido por las plantas de tomate, abre nuevas puertas para el futuro de la agricultura en condiciones de estrés hídrico.
El HB actúa de manera independiente a la clásica hormona implicada en el proceso de cierre estomático, el ácido abscísico, lo que supone una novedad en el modo de acción para proteger a las plantas frente a amenazas externas como la sequía o diversas enfermedades. Este compuesto no solo mejora la resistencia de las plantas ante bacterias dañinas, sino que también ha demostrado ser eficaz en otros cultivos, como la patata, aumentando su resistencia frente a enfermedades devastadoras como el tizón tardío o mildiu.
La importancia de este descubrimiento radica en su potencial para enfrentar uno de los mayores desafíos actuales: la sequía severa que afecta a grandes zonas de España y del mundo. “En el contexto de sequía grave que actualmente estamos viviendo en España, el desarrollo de este tipo de compuestos supone un gran avance para hacer frente a esta situación”, destacó Purificación Lisón, investigadora del IBMCP y profesora del Departamento de Biotecnología de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (ETSIAMN-UPV).
La aplicación del HB no solo protege las plantas de tomate frente a Pseudomonas syringae, una bacteria que puede arruinar los cultivos en condiciones de frío y humedad, sino que también muestra promesa para otros usos dentro de la agricultura, como la sincronización de la floración o el adelanto de la maduración.
Este compuesto fue patentado en 2018 por el CSIC y la UPV y ya ha sido licenciado por la empresa Químicas Meristem, lo que indica su viabilidad comercial y la rapidez con la que podría empezar a beneficiar a los agricultores. La aplicación del HB en la agricultura representa un avance significativo hacia prácticas más sostenibles, al ofrecer una solución efectiva para mejorar la productividad de los cultivos bajo condiciones adversas, sin comprometer la salud del ecosistema.
El equipo del IBMCP continúa investigando nuevos usos para el HB, reafirmando su compromiso con la innovación y el desarrollo de soluciones naturales y efectivas para los retos de la agricultura moderna. Este descubrimiento no solo es una noticia esperanzadora para los agricultores que enfrentan las consecuencias del cambio climático, sino también para la sociedad en general, que se beneficiará de una agricultura más resiliente y sostenible.