El Instituto Valenciano de Cultura presenta en la Filmoteca un ciclo de la directora británica Muriel Box (1905-1991), que está organizado por el IVC, el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y la Filmoteca Española, con la colaboración de Filmoteca Vasca y el Museo San Telmo.
El ciclo se inicia el martes 2 de octubre, a las 20.00 horas, con la proyección de ‘Herencia contra reloj’ (1954), una comedia protagonizada por Shelley Winters, John Gregson y Peggy Cummins, sobre una disputa entre familiares para una herencia de dos millones de dólares.
Muriel Box se caracterizó a lo largo de toda su carrera como escritora y directora, desarrollada entre 1945 y 1964, para tratar temas complejos y prohibidos de manera muy lúcida y valiente como la prostitución, el abuso de menores, el aborto , los hijos ilegítimos o el sexo en la adolescencia.
Tal como ocurre con las estadounidenses Dorothy Arzner e Ida Lupino, la revisión actual de su filmografía parece esencial para establecer un discurso feminista y una reivindicación del papel importante de las realizadoras en diferentes contextos y cinematografías. A pesar de disfrutar de un cierto prestigio cinéfilo, son pocos los estudios sobre su obra y apenas aparece reseñada en las historias generales del cine.
Muriel Box responde además al canon del cine independiente, aunque trabaja con temáticas propias de los géneros clásicos y populares, como el melodrama, la comedia, el policía o el cine de época.
Su obra como directora queda inscrita en un periodo de cambios en el cine británico, el de las comedias de la productora Ealing, la obra de otros independientes como Michael Powell y Emeric Pressburger y el nacimiento de la práctica documental crítica que derivaría en el ‘Free Cine’.
Box comenzó en el cine como ‘script’. En 1935 contrajo matrimonio con el escritor Sydney Box, con quien crearía cinco años después la productora de documentales bélicos Verity Films. Cuando después de la guerra Sydney se convirtió en el director de Gainsborough Pictures, Muriel pasó a ser la responsable del departamento de guiones.
En 1946, Muriel ganó el Oscar al mejor guión original por ‘El séptimo velo’, dirigido por Compton Bennett y escrito en colaboración con su esposo. Fue la segunda mujer en obtener un Oscar al mejor guión tras Frances Marion, que le había ganado en 1930 y 1932.
En 1949 codirigió ‘The Lost People’, un drama de posguerra iniciado por Bernard Knowles y que ella completó en el sesenta por ciento de metraje. En 1951, Sydney creó la compañía London Independent Producers, en la que Muriel pudo llevar a cabo argumentos que entonces no estaban bien vistos ni en el cine ni en la sociedad británica. Lo hizo a partir de una mezcla entre mirada autoral y cine de género, uno de sus rasgos principales.
Dirigió 14 largometrajes entre 1949 y 1964, de entre los que destacan sus peculiares comedias románticas en torno a la guerra de sexos, como ‘Herencia contra reloj’ (1954) y ‘Simon and Laura’ (1955), con Peter Finch y Kay Kendall en los papeles de una pareja de actores de la vida real que se convierten en protagonistas de
Destacó igualmente en el drama con ‘El vagabundo de las islas’ (1954), adaptación de una obra clásica de W. Somerset Maugham sobre alcohol, religión, puritanismo y epidemias; ‘This Other Eden’ (1959), en el que afrontó el tema irlandés en relatar las tensiones en una pequeña ciudad donde se quiere erigir una estatua a un miembro del IRA, y ‘Too Young to Love’ (1960), una historia de prostitución de menores y aborto.
También rodó curiosos relatos criminales, como ‘Street Corner’ (1953) sobre el trabajo diario de una mujer policía y ‘Subway in the Sky’ (1959), ambientado en el Berlín de posguerra.