(Madrid/Agencias) La Presidencia de Izquierda Unida (IU) decidió, finalmente, no expulsar a los portavoces de la Comunidad de Madrid, Gregorio Gordo y del Ayuntamiento, Ángel Pérez, ni tampoco intervenir la federación madrileña como pedían muchos dirigentes, entre ellos el candidato a las generales, Alberto Garzón.
Después de cinco horas de fuertes discusiones, fuentes de IU Madrid confirmaron a efe y a RTVE que se decidió abrir un expediente a los portavoces madrileños, a quienes se les responsabiliza políticamente del comportamiento de los consejeros que la formación tenía en Caja Madrid y del escándalo de las tarjetas opacas.
Tampoco prosperó la propuesta que defendían, entre otros, casi todos los coordinadores regionales de intervenir la federación autonómica para zanjar la crisis interna.
Las propuestas que salieron adelante, las referentes a la “desautorización” y apertura de expediente a los dos portavoces institucionales y a la no ‘desfederación’, fueron defendidas por el propio coordinador federal de la coalición, Cayo Lara, frente a las propuestas de expulsión y ‘desfederación’ de Enrique Santiago.
La resolución contó con los votos a favor de 28 miembros de la Presidencia frente a los 16 que defendían la expulsión inmediata de Gordo y Pérez y que IU se hiciera cargo de la federación autonómica para zanjar la crisis interna.
Crisis aguda dentro de la formación por las tarjetas opacas
La crisis se desencadenó a raíz de que la presidencia federal de IU aprobara a mediados de diciembre pasado pedir a Gregorio Gordo (portavoz en la Asamblea de Madrid) y a Ángel Pérez (portavoz en el Ayuntamiento madrileño) que cesaran en sus cargos tras determinar su responsabilidad política en el caso Caja Madrid y las tarjetas opacas.
Ambos portavoces fueran señalados los representantes de la federación en la entidad, particularmente José Antonio Moral Santín, que cargó casi medio millón de euros en gastos personales y que ha sido imputado por este motivo.
De esta situación, muchos miembros de IU han culpado a Gordo y a Pérez por amparar a Santín y a los otros consejeros de IU en Caja Madrid (todos fuera de la formación desde hace un par de años).
Hasta ahora han hecho caso omiso de la decisión adoptada por el órgano ejecutivo, pese a las reiteradas peticiones de que fuera acatada.
Por tal motivo pidieron su cabeza entre otros el candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, quien esta tarde, tras abandonar la reunión antes de que terminara, ha insistido en que había que expulsar a los dos portavoces madrileños porque era necesario adoptar una medida “contundente”.
Además de las responsabilidades que les atribuyen por el caso de Caja Madrid, también se les achaca una gestión “más que dudosa” y poco transparente de la contabilidad de la federación regional, que arrastra una deuda de 15 millones de euros.
VLCNoticias|Redacción