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**2.880 gomas de borrar para restaurar la bóveda celeste de los Jesuitas**
La iglesia de los Jesuitas, ubicada al final de la Gran Vía Fernando el Católico, junto al Jardín Botánico de Valencia, se encuentra en plena tercera fase de una restauración integral que tiene el objetivo de devolverle su esplendor original. En la primera etapa, se eliminaron humedades y daños en la cubierta. Posteriormente, se restauró el órgano y se repararon las 77 vidrieras del templo con la ayuda de expertos de la firma Ximo Roca.
El proyecto actual busca resaltar los colores de las pinturas y limpiar la suciedad acumulada para revelar la riqueza cromática del templo de estilo neobizantino con toques neorrománicos. Un paso crucial en esta fase es la limpieza profunda, que incluye tanto métodos industriales como mecánicos en la bóveda estrellada.
La técnica manual elegida para eliminar el polvo y restos de humo de las antiguas velas es sorprendente: el uso de gomas de borrar escolares. Esto lo explican Xavier Laumain, del estudio de arquitectura Arae Patrimonio y Restauración, y Sofía Martínez Hurtado, gerente de Noema Restauradores. La zona de intervención será la bóveda estrellada, que mide 40 metros de largo y 10 de ancho. Se emplearán 2.880 gomas, distribuidas en 120 cajas. Los trabajos se realizarán a 12 metros de altura y con el uso de plataformas móviles.
Otros trabajos necesarios para revivir los colores del templo incluyen la consolidación de capas pictóricas, extracción de sales y eliminación de barnices envejecidos que ocultan los colores originales. Sofía Martínez comenta que muchos barnices, como la goma laca utilizada históricamente, se oxidan, obscureciendo los colores. Ejemplos de esta oxidación se observan en las columnas decorativas marmoleadas del altar, que actualmente presentan un tono verde amarillento, pero una vez limpiadas, revelarán un tono azul.
La iglesia fue construida por Joaquín María Belda, también responsable de la iglesia de la Beneficencia, y presenta una rica decoración con motivos vegetales de inspiración egipcia. Las tareas actuales incluyen devolver vivacidad a los capiteles, con tonos azules, verdes, rojos y blancos, requiriendo hasta dos semanas de trabajo por capitel.
Un aspecto destacado de la decoración son los dorados presentes tanto en las pinturas como en los estucos. A lo largo del tiempo, se han utilizado diferentes técnicas para el dorado, siendo notable la diferencia entre el oro fino en las áreas altas y la purpurina oxidada que se encuentra en las partes más bajas.
En las naves laterales, el techo artesonado, que imita madera a pesar de ser de escayola, también será restaurado para recuperar sus matices originales. Paralelamente, se trabaja en la restauración de los lunetos de la bóveda y se han reproducido algunas partes decorativas dañadas por escorrentías de agua.
Las baldosas hidráulicas del suelo se han levantado para instalar suelo radiante y asegurar el confort de los asistentes en el futuro. También se restauran las imponentes lámparas del templo, labor a cargo de los orfebres Hermanos Piró, bajo la dirección de Juan Orts, descendiente del artesano original.
Próximamente, se abordará la restauración de las fachadas, incluyendo la recuperación de enlucidos y molduras, así como la pintura de las cúpulas de los torreones y la espadaña con su color original, el siena dorado.
En cuanto a las campanas de la iglesia, una en particular, conocida como ‘San José’, cedida por un jesuita al ermitaño Salvador Romaguera, ha sido devuelta al templo gracias a la investigación de la colla de campaners de l’Olleria.
Para documentar estas labores, se utilizará tecnología de drones para crear un registro 3D del edificio, con una primera toma en septiembre y una segunda en diciembre de 2026.
La inauguración del templo tras su completa restauración está prevista para Nochebuena de 2026. Las instalaciones no solo se dedicarán al culto, también albergarán bodas y otros proyectos, como talleres de vidrieras.
