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Tras la manifestación organizada por la plataforma València no està en venda, un grupo de activistas instaló tiendas en la plaza del Ayuntamiento como protesta por la falta de acceso a la vivienda. El futuro de la acampada se decidirá en una asamblea abierta.
Este fin de semana, la lucha por el derecho a la vivienda en València ha dado un paso más con una acampada que se instaló la noche del sábado en la emblemática plaza del Ayuntamiento. Un grupo de manifestantes, participantes en la protesta convocada por la plataforma València no està en venda, decidió montar unas quince tiendas de campaña al grito de “Si no tenemos casa, ocuparemos la plaza”, con el objetivo de dar continuidad a sus reivindicaciones.
La acampada surgió tras una multitudinaria manifestación por el derecho a la vivienda, la defensa del territorio y contra la turistificación, que recorrió las calles de València. Este domingo, los organizadores han anunciado que resistieron la noche y que, durante el día, seguirán con su lucha, animando a más personas a sumarse a la causa. En la tarde de este domingo, a las 18 horas, se celebró una asamblea abierta en la que se debatirá si la protesta se prolonga.
Una manifestación masiva en València y eco en Alicante
El sábado por la tarde, miles de personas salieron a las calles de València en una protesta histórica convocada por València no està en venda, una plataforma que denuncia la creciente precariedad en el acceso a la vivienda y los efectos negativos del turismo masivo en la ciudad. La movilización, que se realizó en la fecha que recuerda la riada de 1957, fue calificada por los organizadores como un grito de auxilio para la ciudad bajo el lema “València s’ofega” (Valencia se ahoga).
Cifras oficiales indican que la manifestación en València reunió a unas 15.000 personas, mientras que los organizadores elevaron ese número a 50.000. Desde cinco puntos diferentes de la ciudad, las columnas de manifestantes se unieron en las Torres de Serranos y marcharon de manera conjunta hasta la plaza del Ayuntamiento, donde se centraron en exigir medidas urgentes para garantizar el acceso a la vivienda y proteger el entorno.
El impacto de la protesta también llegó a Alicante, donde cerca de mil personas, según la delegación del gobierno, se unieron a la marcha convocada por las plataformas Alacant, on vas? y el Sindicat de Barri de Carolines bajo el lema “Casas para vivir, no para especular”. La manifestación recorrió la ciudad con las mismas demandas que en València, destacando la lucha contra la especulación inmobiliaria y la turistificación.
Exigencias de la plataforma València no està en venda
La organización detrás de estas movilizaciones reclama seis medidas urgentes y presenta una serie de objetivos centrados en tres ejes: vivienda, territorio y turismo. Entre las medidas más destacadas sobre vivienda, la plataforma exige la regulación de los alquileres y la paralización de los desahucios sin una alternativa habitacional adecuada. También pide declarar València como “zona tensionada”, lo que permitiría controlar los precios del alquiler, y prohíbe los apartamentos turísticos que agravan la falta de viviendas disponibles.
En cuanto a la protección del territorio, los manifestantes rechazan los cambios en la Ley de la Huerta y la ampliación del puerto de València, pidiendo la reversión del dique norte y la zona logística ZAL, que consideran perjudiciales para el medio ambiente y la sostenibilidad del entorno. En relación con la turistificación, la plataforma apuesta por un decrecimiento de la actividad turística en la ciudad, argumentando que el actual modelo es insostenible y genera un consumo excesivo de recursos y contaminación.
Los organizadores también señalaron la urgente necesidad de reducir la presión que el turismo masivo ejerce sobre València, agravando la crisis de la vivienda y encareciendo el coste de vida de los residentes.
La continuidad de la acampada
La acampada en la plaza del Ayuntamiento, que se convirtió en el punto central de la protesta tras la manifestación del sábado, ha suscitado un debate sobre su continuidad. En la asamblea abierta que se celebró este domingo, los manifestantes discutirán si la acampada se mantiene como una forma de presión para que las autoridades locales y autonómicas atiendan sus demandas.
Hasta el momento, la protesta se ha desarrollado de manera pacífica y con la participación activa de personas que reclaman soluciones al grave problema habitacional que afecta a València y a otras ciudades de la Comunitat Valenciana. La acampada es vista como una manera de visibilizar la urgencia de tomar medidas inmediatas para frenar la escalada de precios en el alquiler y garantizar el acceso a viviendas dignas.
Reflexión final
El creciente malestar en València por la falta de vivienda asequible y la turistificación pone de manifiesto una crisis que afecta a miles de personas en la ciudad. La acampada y las movilizaciones lideradas por València no està en venda representan el clamor de una sociedad que pide soluciones a problemas estructurales que no han sido atendidos adecuadamente.
¿Crees que la acampada debería mantenerse hasta que se tomen medidas concretas? ¿Cómo se puede encontrar un equilibrio entre el turismo y el derecho a la vivienda en una ciudad como València?