La afluencia desborda los Santos Juanes tras la restauración de los frescos de Palomino

Valencia vive un fin de semana histórico en la Iglesia de los Santos Juanes. La reciente presentación de los frescos restaurados de Antonio Palomino —considerados una cumbre del barroco español— ha generado tal expectación que las colas para entrar al templo han ocupado durante horas la plaza del Mercat. La parroquia había organizado jornadas de puertas abiertas, pero la respuesta del público ha superado todas las previsiones.

Un templo lleno desde primera hora

Desde el inicio de la mañana, los asistentes se mezclaban con los feligreses que acudían a la misa dominical, creando un ambiente poco habitual en este edificio histórico de Ciutat Vella. El rector, Gonzalo Albero, reconocía estar sorprendido por la avalancha de público: “No esperábamos tanto movimiento. Es una auténtica locura”.

Muchos visitantes preferían contemplar la bóveda inmensa repleta de escenas bíblicas; otros se detenían frente al gran espejo circular instalado en la nave central, que permite apreciar detalles imposibles de ver a simple vista. El flujo continuo de personas hizo difícil mantener el silencio litúrgico, hasta el punto de que el acceso tuvo que cerrarse temporalmente durante la misa.

Emoción entre los visitantes: “No tiene nada que envidiar al Vaticano”

Tras la eucaristía, el templo volvió a abrirse y la espera mereció la pena para cientos de valencianos y turistas. Amparo y María Teresa, de Silla, se mostraban abrumadas por lo que acababan de ver: “Es impresionante. Hemos estado en Roma y, sinceramente, esto no tiene nada que envidiar a muchos templos del Vaticano”.

También recomendaban acudir en los días en los que se proyecta el audiovisual inmersivo preparado por la Fundación Hortensia Herrero, promotora y financiadora de la restauración integral. La pieza repasa la historia del edificio, muestra cómo eran las pinturas del ábside perdido en la Guerra Civil y combina luz, música e imágenes para completar la experiencia.

Una obra clave recuperada para Valencia

La recuperación de los frescos de Palomino —devastados por el incendio de 1936— ha supuesto cinco años de trabajo y cerca de diez millones de euros. El proyecto, dirigido por el arquitecto Carlos Campos y la restauradora Pilar Roig, ha devuelto a los Santos Juanes su esplendor original, mediante técnicas innovadoras como láseres de limpieza, emulsiones gelificadas sin tensoactivos y procesos biológicos basados en bacterias especializadas.

El cambio ha emocionado especialmente a antiguos vecinos del barrio. Entre ellos, Pilar, llegada desde Aldaia, quien recordaba la iglesia ennegrecida de su infancia: “Mi familia vivía aquí cerca. Yo me casé en este templo y daba pena verlo, con los techos oscuros y las esculturas deterioradas. La diferencia es increíble”.

Santos Juanes, nueva parada imprescindible del patrimonio valenciano

Con su restauración, la iglesia se suma a otros proyectos emblemáticos impulsados por la Fundación Hortensia Herrero, como la intervención en San Nicolás. La recuperación del conjunto pictórico de Palomino posiciona de nuevo a València como referencia en conservación patrimonial y atrae tanto a expertos como a un público cada vez más numeroso.

Los accesos continuarán abiertos al público en los próximos días, y se espera que las colas sigan repitiéndose mientras el templo muestre en visita libre una de las obras más complejas y bellas del barroco español.

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