La Asociación Valenciana de Astronomía (AVA) organiza este sábado una observación astronómica de la Luna desde las emblemáticas Torres de Serranos de Valencia, a partir de las 21 horas, con motivo de las celebraciones de su 40º aniversario. La actividad es gratuita y apta para públicos de todas las edades.
Al inicio de esa observación, los telescopios apuntarán hacia la Luna creciente, el astro que proporciona las vistas más espectaculares de todas las que se pueden observar con instrumentos astronómicos. La organización espera reunir sobre una docena de instrumentos astronómicos de gran potencia, entre telescopios y prismáticos.
Así, los asistentes que se acerquen a la explanada peatonal situada frente a las Torres de Serranos “tendrán la oportunidad única de contemplar mediante potentes telescopios los impresionantes detalles del relieve lunar, como mares, cráteres, montañas, valles y grietas”, entre otros.
El evento se enmarca dentro de la campaña de divulgación y acercamiento de la astronomía que desarrolla en Valencia y su área metropolitana. En anteriores ocasiones, los telescopios se han montado en la Plaza del Ayuntamiento, Plaza de la Virgen, el parque de Viveros o la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Desde AVA destacan que “cada vez es mayor el número de personas interesadas en la astronomía, ansiosas por descubrir los secretos del universo”, por lo que quieren “acercar a todo el mundo las maravillas que se esconden en el cielo nocturno”.
Se pretende concienciar de la excesiva contaminación lumínica
Además, con estas actividades, pretenden “concienciar a las autoridades, organismos públicos y a la sociedad en general sobre la necesidad de preservar la oscuridad del cielo”, mediante la reducción de la excesiva contaminación lumínica presente en las ciudades y que impide disfrutar de este fascinante espectáculo celeste”.
La Asociación Valenciana de Astronomía siempre ha defendido la necesidad de proteger la calidad del cielo nocturno, al tratarse de “un bien cultural universal que debe preservarse para disfrute de todos los ciudadanos” y que, por ello, considera que “debería ser considerado Patrimonio de la Humanidad”.
Argumenta, en este sentido, que “la contemplación de un cielo oscuro, limpio y lleno de estrellas constituye un espectáculo fascinante al que todos tenemos derecho, pero cada vez resulta más difícil por la excesiva iluminación presente en la mayoría de ciudades. Un alumbrado adecuado y racional, sin excesos, que no desperdicie energía innecesariamente enviando luz hacia arriba, es la solución idónea que permite una correcta iluminación de la vía pública sin perjudicar la visión de la bóveda celeste”.
VLCCiudad/Redacción