Valencia Noticias | Redacción.- La Batalla de Flores es única. Es, sencillamente, la batalla que todos los valencianos librarían y de hecho, libran gustosamente el último domingo de cada mes de julio en el paseo de la Alameda. El acto que, tradicionalmente, supone el colofón de la Feria de Julio y que escenifica de la forma más divertida el “hasta luego” de muchos que no volverán hasta septiembre -con permiso de la crisis, claro-.
Entre la carcasa que anuncia el comienzo del ‘combate’ y el que lo cierra, todo se tiñe de color y la fragancia de los clavelones, esas flores que se cultivan ex profeso para ser lanzadas en esta peculiar contienda que no dura más de diez minutos. Color, fragancia y calor, mucho calor, dan la medida del talante de una ciudad, Valencia, que hace del arte efímero su signo más característico y de la alegría, modo de vida.
Más de 30 carrozas, coches ligeros y ‘landós’ compiten por un estandarte que, más allá de alzar a los altares a los artistas que los han fabricado y engalanados, construyen la vertiente inevitablemente unida a la idiosincrasia valenciana, el amor por el Arte en todas sus expresiones y así, cerrar una composición que ‘sacie’ las ansias festivas del ciudadano hasta mejor ocasión. Y visto lo visto, a pesar de las altas temperaturas que ayer hicieron sudar a todo el mundo en la Alameda, ciertamente el objetivo se logró con sobra.