La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha anunciado la extensión por una semana del plazo para la presentación de alegaciones al plan de conexión del barranco de la Saleta con el nuevo cauce. Esta decisión se produce tras una petición del organismo estatal, que inicialmente había fijado la fecha límite para el jueves 22 de mayo. Sin embargo, ahora no se ha especificado un día exacto para el cierre del nuevo plazo.
Las alegaciones en cuestión se refieren al estudio de integración paisajística, y aún quedan varios trámites y presentaciones públicas antes de que comiencen las obras. Esta iniciativa es la primera que emprende la Confederación desde las intensas lluvias del 29 de octubre pasado, con el objetivo de mitigar los riesgos de inundaciones en los barrancos que desembocan en l’Horta.
Hasta el momento, han presentado alegaciones el Ayuntamiento de Valencia, el grupo Compromís en Quart (donde gobiernan junto al PSPV), así como residentes del barrio del Cristo y la mancomunidad que agrupa a Quart y Aldaia. Este último municipio se vería especialmente beneficiado por la nueva conexión del cauce.
En particular, las alegaciones del Ayuntamiento de Valencia han generado inquietud en Aldaia y Quart, municipios que apoyan las obras. Guillermo Luján, alcalde de Aldaia, viajó recientemente a Valdepeñas (Ciudad Real) para examinar un canal subterráneo similar y defender su viabilidad.
El plan presentado por la Confederación es anterior a las lluvias de octubre, y los eventos hidráulicos recientes obligaron a aumentar el caudal de 100 a 130 metros cúbicos por segundo en el tramo subterráneo. La primera fase del proyecto consiste en adecuar la Saleta aguas abajo del centro comercial Bonaire, continuando de forma subterránea por el área industrial y los alrededores del barrio de la Cautiva. Cerca de Xirivella, el cauce vuelve a la superficie mediante la denominada Vía Verde, desembocando finalmente en el nuevo cauce.
La parte del proyecto que involucra la ejecución de un puente de 30 metros bajo la V-30 es uno de los puntos críticos señalados por el Ayuntamiento de Valencia en sus alegaciones. El consistorio cuestiona que los muros laterales, diseñados para evitar desbordamientos, podrían suponer un riesgo si llegan a colapsar.
Un aspecto central de las dudas es la capacidad del nuevo cauce. A los 130 metros cúbicos mencionados se añadiría otra conexión desde el barranco del Poyo, con el mismo objetivo de aliviar la presión sobre los cascos urbanos adyacentes. El Ayuntamiento estima que el caudal combinado alcanzaría los 700 metros cúbicos, aunque esta cifra no ha sido confirmada por la Confederación.