El impacto de las inundaciones genera un aumento de peticiones desde toda España, mientras los compradores locales afrontan un año complicado.
El sorteo de la Lotería de Navidad de 2024 se vive de manera diferente en València. Las devastadoras inundaciones de finales de octubre, provocadas por la DANA, han dejado una huella imborrable en la ciudad y sus alrededores, marcando también la campaña de venta de décimos. Este fenómeno meteorológico, que afectó gravemente a municipios como Alaquàs, Catarroja y Paiporta, ha despertado un interés inusual por los décimos asociados con la tragedia, lo que ha generado un incremento significativo de peticiones desde fuera de la Comunitat Valenciana.
Mientras tanto, las empresas y asociaciones locales, tradicionales compradores de lotería, han reducido su participación debido al impacto económico y emocional del temporal. La combinación de superstición, solidaridad y esperanza está definiendo un año singular para la Lotería en València.
Un aumento de peticiones desde toda España
El interés por los décimos vendidos en València ha crecido notablemente este año, en gran parte por la creencia popular de que tras un suceso extraordinario, la suerte se concentra en la zona afectada. La terminación 29, vinculada al 29 de octubre, día en que la DANA causó estragos, es la más demandada en las administraciones valencianas.
Ramiro Gómez, responsable de la administración número 1, La Puríssima, situada en pleno centro de València, confirma que las peticiones de otras comunidades han sido “muchísimo mayores que en años anteriores”. Aunque las ventas generales están ligeramente por encima del 2023, el incremento más destacable proviene de compradores nacionales.
“Hay una especie de superstición que lleva a la gente a buscar décimos en las zonas donde ha ocurrido algo importante. Este año, València ha sido el foco de esa atención”, comenta Gómez.
La realidad local: una campaña marcada por las dificultades
Mientras las ventas nacionales aumentan, los compradores locales se han visto afectados por las consecuencias de la DANA. Muchos pequeños negocios, bares y asociaciones que tradicionalmente adquieren lotería para sus empleados o clientes han reducido sus compras este año.
En Lotería Bell, ubicada en la Plaza del Ayuntamiento de València, han notado que los clientes habituales, especialmente aquellos de las zonas más golpeadas, han limitado sus adquisiciones. “La gente comenta que este año ha sido muy difícil, pero que comprar un décimo es una manera de mantener la ilusión”, señala una trabajadora de la administración.
El fenómeno de los décimos manchados de barro
Una de las curiosidades de esta campaña ha sido el interés por los décimos “manchados de barro”. En municipios como Alaquàs y Catarroja, donde las administraciones de lotería sufrieron inundaciones, muchos boletos quedaron físicamente afectados por el agua y el lodo. Lejos de ser descartados, estos décimos se han convertido en los más buscados por compradores de toda España.
Marcos Bernabéu, de Lotería Castillo en Alaquàs, explica que han enviado más de 2.000 paquetes con décimos a distintas localidades del país. “Aunque la gente puede comprar online, quieren recibir los boletos en físico, especialmente si tienen algún detalle que los haga únicos, como los que quedaron marcados por el barro”, comenta.
Para muchos, estos décimos representan no solo un amuleto, sino también una conexión simbólica con la resistencia y el espíritu de superación de las zonas afectadas.
Las administraciones emblemáticas: entre desafíos y récords
Administraciones históricas como Lotería Manises también han vivido una campaña especial. Su gerente, Rafa Sanchis, relata que las ventas estuvieron paralizadas durante dos semanas tras la DANA debido a los problemas de movilidad, pero una vez reanudadas, la demanda ha superado las expectativas. Este año, esperan cerrar con un crecimiento del 10 al 12% respecto al año anterior, impulsado principalmente por las compras de voluntarios que acudieron a las zonas afectadas y de compradores de otras regiones.
En la administración 13 de la Plaza Santa Catalina, Inés García, trabajadora del establecimiento, confirma que tras las primeras semanas de incertidumbre, las peticiones de otras comunidades llegaron de manera masiva. “La campaña ha sido diferente a cualquier otra que hayamos vivido”, afirma.
El último empujón: supersticiones y tradición
Las últimas 48 horas antes del sorteo suelen ser las más intensas en las administraciones de lotería, y este año no es la excepción. Décimos con terminaciones populares como el 13, el 69, el 24 (por el año en curso) y, por supuesto, el 29, son los más solicitados.
En estos días, muchas personas buscan números asociados a recuerdos personales, supersticiones o simplemente aquellos que creen que podrían traerles suerte. Las colas en administraciones como La Puríssima o Lotería Bell reflejan el espíritu navideño que acompaña al sorteo más esperado del año.
La DANA, símbolo de esperanza para los valencianos
La tragedia de la DANA no solo ha dejado un impacto material en València, sino que también ha servido para reforzar el sentido de comunidad y la esperanza de quienes buscan en la Lotería de Navidad una manera de superar las adversidades.
Los décimos que evocan la fecha del temporal o que llevan marcas físicas de lo ocurrido se han convertido en un símbolo de resiliencia y, para muchos, en un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, siempre hay espacio para la ilusión.
¿Qué número comprarías tú este año? ¿Crees que los décimos de las zonas afectadas tienen un toque especial o prefieres elegir uno que ya te haya dado suerte antes?