El trabajo sigue, el grupo sigue y el partido sigue. Porque, con sus vaivenes, es necesario para esta comunidad”. A Ruth Merino le tocó dar la cara ayer después de despedir a Toni Cantó agradeciéndole su labor, “pero también lo que he aprendido de él, porque es un gran parlamentario, y la libertad que nos ha dado para trabajar. Le echaré de menos como jefe y como amigo”, resumió sentada junto a Fernando Llopis.
Ellos, junto a Mamen Peris, eran las tres personas que Cantó, en una reunión telemática junto al resto de diputados tras presentar su renuncia al acta, designó como los mejores sucesores que encontraba. Sin embargo, la decisión se tomará con calma, buscando un pacto que evite la quiebra absoluta del partido y apadrinada por Madrid. La elección de la próxima cara que representará al partido en las Cortes tardará, por el complicado equilibrio de fuerzas y por la marcha del secretario de Acción Institucional, José María Espejo. Su sustituto tendrá que tutelar el relevo de Cantó mientras el grupo en la Cortes juega sus bazas.De momento ni el secretario de Acción Territorial, Jesús Gimeno, ni la secretaria delegada de Organización, Teresa Ortiz, transmitieron una directriz clara y, según fuentes consultadas por El MUNDO, abrieron la puerta a una elección pactada. De un lado están los cercanos a Cantó, huérfanos, a los que la dirección nacional tendrá que reconquistar para evitar más deserciones futuras. Ellos son los que han llevado el peso de la acción parlamentaria en estos dos años, y aunque quedan desorientados con los últimos vaivenes nacionales, empiezan a recomponerse.
De otro lado están los desencantados, que seguirán los designios que marque el senador Emilio Argüeso, que niega estar negociando trasvase de cargos al PP. De momento, y durante dos años, mantendrá su acta como naranjas. Ellos son el grueso del grupo, encabezado por Emigdio Tormo, Yaneth Giraldo, Jesús Salmerón o Cristina Gabarda. En este grupo se puede situar también a la sustituta de Cantó en el escaño, Asunción Sanchis. Tratarán de cobrar protagonismo bajo esa amenaza de ruptura y reequilibrar sus fuerzas.Aunque la fecha límite para la elección de portavoz debería marcarla el próximo pleno de las Cortes, puede que la decisión cueste de tomar.