El pasado 11 de junio AUGC solicitó a la Dirección General de la Guardia Civil que la partida presupuestaria de 500.000 euros dedicada cada año al mantenimiento de limpieza y de servicio doméstico de las viviendas ofrecidas a los generales de la Guardia Civil fuera destinada este año a comedores sociales para los más necesitados. La respuesta, lacónica y concluyente no se hizo esperar: “Improcedente”.
Para la cúpula de la institución conocida como Benemérita es improcedente rechazar al gasto de limpieza de la vivienda oficial de los más privilegiados para darlo a los que menos tienen. Con vivienda oficial, coche oficial, partida presupuestaria asegurada todos los meses en concepto de productividad, y servicio doméstico a cargo del Estado, ¿quién va a querer cambios? El Generalato, desde luego, no.
Dado que somos un Cuerpo Benemérito, desde AUGC no creemos que sea demasiado pedir en los tiempos de necesidad que estamos viviendo que se destine a comedores sociales el presupuesto de 500.000 euros que se emplea cada año en pagar las tareas domésticas de las viviendas de los generales de la Guardia Civil, ya de por sí espléndidamente remunerados y cubiertos de privilegios.
A todos se nos ha pedido “abrocharnos el cinturón” expresión utilizada cuando van a quitarnos algo que nos pertenece. Así, nos han congelado los sueldos, nos han eliminado una paga extraordinaria y eliminado parte de nuestros días de asuntos particulares. Pero cuando hablamos de “abrocharnos el cinturón”, de colaborar, ¿estamos todos dispuestos por igual? ¿No deberían ser los que más tienen los que más ayuden?
Parece que no, que una cosa es predicar y otra dar trigo, y a las pruebas nos remitimos cuando se rechaza tan tajantemente una propuesta como la lanzada desde AUGC, lo cual deja a las claras, una vez más, cuáles son las prioridades de ese Generalato del que es rehén la Dirección General de la Guardia Civil.
Con más de 30.000 afiliados, AUGC es la decana de las asociaciones profesionales y la mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil. Cuenta con representación en todo el territorio español, en cada una de las unidades y especialidades del Cuerpo y viene liderando el movimiento asociativo desde la llegada de la democracia, cuando nació como un sindicato clandestino. Su lucha por la democratización y la desmilitarización de la institución le valió en 2010 el Premio Nacional de Derechos Humanos que concede la Asociación Pro Derechos Humanos de España (apdhe).