¿Nos hemos planteado alguna vez qué pasaría si el día de mañana nuestros servidores se estropearan sin que podamos hacer nada para recuperar la información que almacenábamos en ellos? La rotura de los servidores es de por sí un problema, pero si además carecemos de copias de seguridad de la información que almacenaban, se convierte en una situación que puede afectar muy negativamente en nuestra organización pudiendo provocar incluso fuertes pérdidas económicas o el cese de la actividad.
Existen diversas situaciones a las que nuestra organización se expone y que pueden dar lugar a una pérdida de nuestra información corporativa: robos, incendios, fallos en el hardware o el software, etc. La información que manejamos en nuestra organización se ha convertido en nuestro activo más valioso y por ello la realización de copias de seguridad adquiere una especial importancia. En el caso de que se produzca algunas de estas situaciones, será posible recuperar la información y volver a la normalidad.
Pero, ¿cómo podemos establecer un sistema de copias de seguridad de una manera correcta y acorde a nuestras necesidades? Para ello debemos de seguir estas buenas prácticas que se describen a continuación:
Lo primero qué debemos hacer es identificar la información que queremos salvaguardar. Analicemos toda nuestra información corporativa y diferenciemos el tipo de información que consideremos como crítica para el negocio. No toda la información tiene la misma importancia, por lo que es importante clasificarla adecuadamente. De esta forma no gastaremos tiempo ni espacio con datos que no son relevantes
Una vez identificada la información que se ha de proteger, debemos establecer la manera en la que haremos la copia. Existen tres tipos distintos de copia: incrementales, totales, o diferenciales. Analicemos cuál de las tres se adapta mejor a nuestra organización y establezcamos su periodicidad. Para determinar el tipo de copia y la periodicidad con la que vamos a realizarla, lo mejor es tener en cuenta cada cuánto tiempo se actualiza nuestra información. Si el periodo de actualización de la información es elevado, por ejemplo cada dos semanas, no tiene mucho sentido realizar copias de seguridad totales diarias, ya que estaremos almacenando los mismos datos una y otra vez.
Posteriormente debemos elegir un soporte para realizar las copias: cintas, cabina de discos, discos duros portátiles, servicio de almacenamiento en la nube. Para ello es conveniente tener presente el sistema que vayamos a usar, la inversión que queramos hacer y la fiabilidad que consideremos necesaria. Para esto último, podemos basarnos en las especificaciones de los fabricantes en cuanto a las recomendaciones de almacenamiento y durabilidad se refiere.
Pero las buenas prácticas para establecer correctamente un sistema de copias de seguridad no se limitan a la generación de la copia de seguridad, sino que debemos establecer pautas y comportamientos para garantizar la seguridad de la información almacenada en estas copias.
Una buena práctica para proteger adecuadamente la información es almacenarla cifrada en una ubicación distinta a la principal. En el caso de que se produzca en nuestra organización un incidente grave como por ejemplo un incendio, una inundación, un robo, o un ataque a los sistemas a través de la red, no podremos recuperar la información, por lo que realizar copias de seguridad no nos serviría de nada. Además, en caso de que tratemos datos de nivel alto, esto se convierte en un requisito exigido por la LOPD.
Además es posible que las copias de seguridad fallen o que los soportes que utilizamos se estropeen, provocando que no sea posible la recuperación de la información a partir de una copia de seguridad cuando sea necesario. Por eso es muy importante establecer un , para verificar que los datos que se almacenan en la copia son los correctos y que podemos acceder a ellos sin ningún tipo de problema. Podríamos estar haciendo copias de seguridad durante un largo periodo de tiempo y cuando sean necesarias nos demos cuenta de que los datos almacenados no son los correctos.
Ahora que ya conoces cuáles son las buenas prácticas en la realización de copias de seguridad, te toca a ti. Protege la información de tu empresa. Sigue estas pautas y establece un sistema de copias adecuado a la realidad de tu empresa.
Protege tu información, asegura tu empresa.