La inquietante predicción de Carl Sagan sobre el futuro de la humanidad

En 1995, el célebre astrónomo y divulgador científico alertó sobre un mundo dominado por la desinformación, la superstición y la pérdida del pensamiento crítico

12 de noviembre de 2025 | Redacción Valencia Noticias

En 1995, Carl Sagan, uno de los científicos y divulgadores más influyentes del siglo XX, publicó The Demon-Haunted World: Science as a Candle in the Dark (traducido como El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad). En este libro, Sagan no solo defendía la importancia del método científico y del pensamiento crítico, sino que también lanzó una de las advertencias más inquietantes y vigentes sobre el futuro de la civilización moderna.

Su reflexión, escrita hace ya tres décadas, resulta sorprendentemente actual en una era marcada por la desinformación digital, la polarización y el auge de las pseudociencias. Aunque hablaba directamente de Estados Unidos, su mensaje puede aplicarse a la mayoría de sociedades contemporáneas.

“Tengo un presentimiento sobre el futuro de Estados Unidos, en la época de mis hijos o nietos: cuando el país sea una economía de servicios e información; cuando casi todas las industrias manufactureras clave hayan pasado a otros países; cuando asombrosos poderes tecnológicos estén en manos de unos pocos, y nadie que represente el interés público sea capaz siquiera de comprender los problemas; cuando la gente haya perdido la capacidad de establecer sus propias prioridades o de cuestionar con conocimiento a quienes tienen autoridad; cuando, aferrándonos a nuestros cristales y consultando nerviosamente nuestros horóscopos, con nuestras facultades críticas en decadencia, incapaces de distinguir entre lo que se siente bien y lo que es verdad, deslicemos, casi sin darnos cuenta, de nuevo hacia la superstición y la oscuridad.”

Una advertencia que se volvió profecía

Lo que Sagan describió en 1995 parece una radiografía del presente: noticias falsas, pensamiento conspirativo, influencia de gurús sin formación científica y una sociedad que prioriza el entretenimiento sobre el conocimiento. Su diagnóstico fue claro: sin educación científica y sin pensamiento crítico, la humanidad se vuelve vulnerable ante la manipulación.

El propio Sagan lo resumió con otra frase memorable: “Vivimos en una sociedad exquisitamente dependiente de la ciencia y la tecnología, en la que casi nadie sabe nada de ciencia y tecnología. Esa es una receta segura para el desastre”.

La celebración de la ignorancia

En su reflexión, Sagan señalaba además la decadencia del contenido sustancial en los medios de comunicación, anticipando lo que décadas más tarde se vería con la cultura del clic y los mensajes instantáneos. Describió una época en la que los formatos se acortan, la información se simplifica y lo emocional sustituye a lo racional:

“El embrutecimiento se hace más evidente en la lenta decadencia del contenido sustancial en los medios enormemente influyentes: los mensajes de 30 segundos (ahora reducidos a 10 o menos), la programación dirigida al mínimo común denominador, las presentaciones crédulas sobre la pseudociencia y la superstición, pero sobre todo, una especie de celebración de la ignorancia.”

Una llamada urgente al pensamiento crítico

El mensaje de Sagan sigue siendo una llamada a defender la curiosidad, la razón y la ciencia frente al ruido mediático y la manipulación ideológica. Su “caja de herramientas del pensamiento escéptico”, incluida al final de su libro, proponía métodos prácticos para analizar afirmaciones dudosas, detectar falacias y distinguir la evidencia real del engaño.

Treinta años después, su advertencia resuena con fuerza en un mundo hiperconectado y saturado de información. La pregunta que nos deja Sagan no es si su predicción se ha cumplido, sino si todavía estamos a tiempo de encender la luz de la razón antes de volver a la oscuridad.

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