Realizar una inversión socialmente responsable, con criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo, no supone sacrificar la rentabilidad bursátil, según un estudio de la Universitat Jaume I. El trabajo pone de relieve que las inversiones en bolsa en productos que tengan criterios de sostenibilidad en España están aún en un estadio muy incipiente, muy por detrás de otros mercados europeos.
Las inversiones socialmente responsables, que tengan en cuenta criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo además de los estrictamente financieros, no implican sacrificar la rentabilidad bursátil, según el estudio desarrollado por el grupo Sogres-Mercados Financieros de la Universitat Jaume I.
El trabajo revela además que este tipo de inversiones son menos volátiles en periodos de crisis económicas, por lo que resultan ser más seguras. A pesar de que la evidencia empírica demuestra que, con respecto a la rentabilidad, no existen diferencias significativas en el comportamiento bursátil entre la inversión socialmente responsable y la convencional, el desarrollo de este tipo de productos en España está aún en un estadio muy incipiente, ocupando la última posición en los mercados europeos.
España ocupa el último puesto en Europa en inversiones en bolsa con criterios de sostenibilidad
María Ángeles Fernández Izquierdo, catedrática de Economía Financiera y Contabilidad de esta universidad y autora prinicipal del trabajo, explica que en la actual literatura financiera internacional existe un debate abierto con respecto a si las inversiones socialmente responsables implican un sacrificio financiero (coste adicional) o un premio (rentabilidades adicionales), sin llegar, en la actualidad, a conclusiones homogéneas al respecto.
En este contexto, el objetivo principal de la investigación realizada por el grupo Sogres-Mercados Financieros busca estudiar el caso del mercado bursátil español, analizando si las empresas con un mayor compromiso con la responsabilidad social corporativa tienen un comportamiento bursátil diferente. El estudio también valoró variables como la transparencia y el buen gobierno corporativo y cómo actúan éstas en ciclos económicos de crecimiento y en momentos de crisis.
Los resultados obtenidos de la evidencia empírica en el estudio muestran que no hay diferencias significativas en el comportamiento bursátil entre la inversión socialmente responsable y la convencional en términos de rentabilidad bursátil.
“La importancia de este resultado radica en que a través de diferentes medidas de rentabilidad-riesgo se ha visto que no existe un sacrifico por invertir con criterios de responsabilidad social”, destaca la autora.
Gama de productos
“Además, si los inversores continúan demandando activos financieros responsables esto supone que es porque de alguna manera obtienen otro tipo de beneficio en su función de inversión (rentabilidad ambiental, social o de gobierno corporativo).También observamos que en periodos de crisis económica este tipo de inversión presenta menor volatilidad, por lo que resulta ser más segura”, añade.
En el mundo, la inversión socialmente responsable está desarrollándose de forma exponencial en volumen de negocio, estrategias e instrumentos. Es habitual que los inversores puedan elegir la inclusión de diferentes criterios de sostenibilidad socio-ambiental y buen gobierno en sus inversiones, que posteriormente pueden monitorizar para medir la calidad de sus carteras.
Sin embargo, explica Fernández Izquierdo, “en España estamos a la cola de Europa respecto al crecimiento de estos productos. El panorama español de la inversión socialmente responsable cuenta todavía con una limitada gama de productos, siendo los fondos de pensiones de empleo los que mayor desarrollo han experimentado en la inclusión de este tipo de criterios en sus carteras”.
No obstante, desde el grupo Sogres, consideran que en la medida en que los diferentes agentes financieros empiecen a constatar el carácter ineludible de la integración de criterios de sostenibilidad como motor de la responsabilidad social corporativa, en los sistemas de gestión empresarial, se avanzará en la tarea de adicionar el objetivo clásico de creación de valor para el accionista con la integración de este tipo de objetivos, todo ello partiendo de la premisa de que los factores sociales o ambientales son cada vez más relevantes en las prácticas empresariales y ya forman parte de la ecuación riesgo/rentabilidad en los mercados de valores internacionales.
Para la catedrática “el análisis conjunto de los riesgos integrales, los financieros, los ambientales, los sociales y los de gobernanza generará mecanismos que permitan mejorar la transparencia y deben ser claves a la hora de buscar soluciones sostenibles a largo plazo, ya que factores como la falta de análisis y control de riesgos rigurosos y la falta de transparencia en el mercado han sido claves en el desarrollo de la crisis financiera actual”.
Este tipo de inversiones son menos volátiles en periodos de crisis económicas, por lo que resultan ser más seguras
Industria textil y sostenibilidad
El equipo ha desarrollado una metodología para el uso de la lógica difusa (fuzzy logic) en el diseño de un índice integral de valoración de la sostenibilidad en las organizaciones. Esta metodología permite recabar información relacionada con la sostenibilidad de las organizaciones con el fin de ser utilizada en los procesos de toma de decisiones internas de empresas, así como por los grupos de interés externos como los inversores, la administración pública, la sociedad, etc.
La metodología desarrollada por el grupo combina el denominado modelo de decisión multicriterio y la metodología fuzzy, lo que permite, según señala Fernández Izquierdo, subsanar algunas debilidades de los modelos de valoración de gestión la empresa en términos de inversión socialmente responsable.
En este sentido, señala que la metodología propone una adecuada técnica estadística para evaluar la sostenibilidad de las organizaciones bajo el término triple bottom line que hace referencia a un triple resultado a nivel económico, medioambiental y social; introduce el papel del decisor experto en el proceso de evaluación de las agencias de calificación de sostenibilidad; incorpora las preferencias de los inversores y de las empresas en el proceso de evaluación de las agencias de rating y consigue alcanzar el consenso entre los inversores y las empresas.
En la actualidad, el grupo está aplicando la metodología desarrollada en la industria textil, con el fin de evaluar el impacto ambiental teniendo en cuenta el problema de compensación, las preferencias de los actores del mercado y el proceso de aprendizaje. Se trata de un proyecto NILS sobre “Ciencia y sostenibilidad”, financiado con fondos europeos. Fernández Izquierdo explica que han “propuesto la valoración de la sostenibilidad de las empresas de la industria de prendas de vestir debido a sus importantes impactos ambientales a lo largo de la cadena de producción y suministro”.
Por otra parte, la industria textil es global, dado que son producidos en diferentes países, y el ordenamiento jurídico de un solo país no es capaz de hacer frente a los grandes problemas ambientales. Por ello, “es importante proporcionar indicadores ambientales útiles que permitan a las empresas medir su progreso hacia las metas ambientales”.
Referencia bibliográfica:
Fernández Izquierdo, M. A.; Muñoz Torres,M.J. e Idoya Ferrero Ferrero (2014). “Comprehensive Management and Financial and Extra-financial Risk Control to Overcome the Business Crisis”. European Company Law, Volume 11, Issue 2. Pp. 80-84 ISSN: SS15724999