La Justicia respalda el derribo del antiguo cine Metropol y deja el proyecto del hotel a un paso del inicio

Nuevo giro en la larga batalla legal por el futuro del antiguo cine Metropol. Un juzgado de Valencia ha dado por válida la licencia municipal de derribo concedida en 2023, un paso decisivo que permite reactivar el proyecto para transformar el icónico edificio de la calle Hernán Cortés en un establecimiento hotelero. La resolución, comunicada el pasado viernes a las partes, rechaza el recurso de la Fundación Goerlich, que defendía la preservación integral del inmueble por su relevancia arquitectónica y su valor cultural.

Aunque la sentencia supone un importante respaldo para los promotores del futuro hotel, el derribo no podrá ejecutarse todavía. El proceso queda suspendido durante un máximo de 15 días, plazo en el que la Fundación Goerlich puede presentar un nuevo recurso, esta vez ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV). Fuentes de la entidad explican que esta semana se reunirá el patronato para decidir si continúan la vía judicial o dan por cerrado el litigio.

Un edificio simbólico sin protección efectiva

El Metropol, construido con líneas racionalistas y un característico rótulo tipográfico diseñado por Javier Goerlich, ha sido durante décadas un referente emocional para varias generaciones de valencianos. Pese a sus valores estéticos y su significado histórico como uno de los cines más antiguos que seguían en pie en la ciudad, el inmueble no contó finalmente con una declaración de Bien de Relevancia Local (BRL), figura que habría bloqueado cualquier demolición.

La falta de protección efectiva ha sido uno de los argumentos determinantes en la sentencia, que considera que la licencia de derribo se concedió conforme a los informes técnicos y jurídicos disponibles en el Ayuntamiento. El fallo señala además que las diferentes valoraciones patrimoniales aportadas por instituciones externas no generaban una obligación legal de paralizar la licencia, al no existir una catalogación aprobada.

Una controversia marcada por informes contradictorios

El proceso administrativo estuvo acompañado de años de debate entre organismos culturales, entidades cívicas y áreas municipales. Mientras algunos informes —incluyendo los solicitados por Urbanismo en el pasado mandato— concluían que el edificio carecía de relevancia patrimonial suficiente, otros, como los del Consell Valencià de Cultura o la Universitat de València, apoyaban su conservación. Esta disparidad ha sido citada en el fallo judicial, que recalca que lo relevante no es la cantidad de informes sino la competencia técnica y la coherencia de aquellos que respaldaron la decisión municipal.

La Fundación Goerlich estudia su siguiente paso

La sentencia no marca aún el final del conflicto. La Fundación Goerlich tendrá que determinar si prolonga el proceso presentando recurso ante el TSJCV o si da por agotada la vía judicial. De desistir, el derribo podría activarse en las próximas semanas, allanando el camino para la construcción del hotel proyectado por la propiedad.

La disputa ha movilizado durante años a colectivos ciudadanos y a defensores del patrimonio, que han reivindicado la conservación del rótulo original y de los elementos que simbolizan la arquitectura moderna valenciana del siglo XX. Para otros, en cambio, la reforma supone revitalizar una zona céntrica con un uso turístico y económico actualizado.

La decisión final dependerá ahora de si la fundación decide agotar la última instancia autonómica o poner fin a una de las controversias urbanísticas más prolongadas de los últimos años en Valencia.

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