26 de febrero de 2025
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La Pirámide de Zoser y el Misterio del Elevador Hidráulico: ¿Usaron los Egipcios Tecnología Avanzada en su Construcción?

1. Resumen del estudio

Un estudio encabezado por Xavier Landreau (publicado en PLOS ONE, 2024) plantea que la Pirámide Escalonada de Djoser (Zoser) pudo haberse construido con ayuda de un sistema hidráulico innovador​

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journals.plos.org. La hipótesis central es que los antiguos egipcios emplearon la fuerza del agua para elevar los bloques de piedra desde el interior de la pirámide, complementando o incluso sustituyendo en parte las rampas y la tracción humana tradicionales​

journals.plos.org. Para probar esta idea, los investigadores realizaron un análisis multidisciplinario (arqueológico, topográfico, hidrológico y de ingeniería) del complejo de Saqqara. Metodología: mapearon las cuencas y estructuras cercanas a la pirámide, identificando elementos cuya función no estaba clara hasta ahora. Encontraron que el enorme recinto de Gisr el-Mudir (una estructura rectangular colosal al oeste de la pirámide) posee las características de una presa de contención (“check dam”) diseñada para retener agua y sedimentos​

journals.plos.org. Asimismo, analizaron el llamado “Foso Seco” que rodea la pirámide (un trinchera perimetral tallada en la roca) y descubrieron en su sector sur una serie de compartimentos escalonados tallados en la roca que encajarían funcionalmente con un sistema de tratamiento de agua, incluyendo un estanque de decantación, un depósito de retención y un filtro natural​

journals.plos.org. En conjunto, Gisr el-Mudir y la sección sur del foso habrían formado un sistema hidráulico integrado para acumular agua, mejorar su calidad (eliminando sedimentos) y canalizar su flujo de forma controlada​

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Los hallazgos claves sugieren que este agua filtrada se habría dirigido hacia el interior de la Pirámide de Djoser para accionar un mecanismo de elevación hidráulica nunca antes documentado

journals.plos.org. En el núcleo de la pirámide existen dos pozos o ejes verticales (norte y sur), uno de ellos conectado a galerías internas. El estudio señala que la arquitectura interna —incluyendo estos ejes y unas misteriosas cajas de granito en su base— es consistente con un elevador hidráulico: un gran flotador de madera dentro del pozo norte habría servido para levantar bloques “como en un volcán, desde el centro hacia arriba” al inundar o vaciar el pozo​

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journals.plos.org. En términos simples, el agua proveniente del foso habría llenado el eje, empujando hacia arriba un flotador que cargaba bloques de piedra; luego, al drenar el agua, el flotador descendía para cargarse de nuevo, permitiendo un ciclo repetitivo de elevación**​

journals.plos.org**. Este ingenioso elevador habría permitido colocar bloques en las partes altas sin necesidad de construir rampas gigantescas externas. El estudio incluso modeló matemáticamente la capacidad de carga y el consumo de agua de este sistema, concluyendo que el caudal disponible en la cuenca del wadi local (Wadi Taflah) durante el Imperio Antiguo habría sido suficiente para la construcción de la pirámide​

journals.plos.org. En resumen, Landreau y colegas presentan evidencia de una presa, una planta hidráulica prehistórica y un “ascensor” de agua, cuya combinación habría facilitado la erección de la Pirámide Escalonada​

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2. Antecedentes históricos: técnicas tradicionales de construcción

Las pirámides egipcias del Imperio Antiguo se construyeron mediante métodos de ingeniería primitiva pero altamente organizados, haciendo uso intensivo de la mano de obra y técnicas mecánicas simples. En términos generales, los antiguos egipcios extrajeron enormes bloques de piedra de las canteras con cinceles de cobre, los transportaron por tierra y agua, y luego los izaron para formar las monumentales estructuras​

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en.wikipedia.org. A falta de maquinaria avanzada, emplearon herramientas y estrategias ingeniosas disponibles en su época:

  • Rampas de tierra: La teoría más aceptada es que se usaron rampas para arrastrar los bloques hasta distintos niveles de la pirámide​smithsonianmag.com. Estas rampas podían ser rectas (apoyadas sobre uno de los lados de la pirámide) o en zigzag/espiral alrededor de la estructura, reconstruyéndose conforme crecía la altura. Por ejemplo, se ha propuesto que en pirámides tempranas como la de Sekhemkhet (III Dinastía, contemporánea a Djoser) se usó una rampa lineal sencilla​africame.factsanddetails.com, mientras que en pirámides posteriores más grandes (como las de Giza) pudieron haberse empleado rampas que rodeaban el perímetro o combinaciones de rampas internas y externas​africame.factsanddetails.comafricame.factsanddetails.com. Las rampas habrían sido construidas con adobes, escombros y revestidas de tierra o arcilla para facilitar el deslizamiento​africame.factsanddetails.com. Si bien este método explica razonablemente las primeras etapas de construcción, presenta desafíos: una rampa lo suficientemente larga y baja para alcanzar la cima de una gran pirámide sería enorme, y las rampas en espiral reducirían su ancho útil a medida que se elevan, dificultando el paso de bloques voluminosos​africame.factsanddetails.com. Aun así, restos arqueológicos de posibles rampas o plataformas de arrastre se han encontrado en varios sitios (por ejemplo, en Meidum, Giza, o recientemente en la cantera de Hatnub se descubrió un sistema de rampa con postes para izar bloques de alabastro)​livescience.com.
  • Palancas, trineos y rodillos: Para los ajustes finos y elevación por tramos cortos, los obreros dependían de palancas de madera y otros artilugios simples. El historiador Heródoto, en el siglo V a.C., describió que los egipcios usaban “máquinas” de cortos maderos que probablemente eran palancas o cabrias para ir subiendo los bloques de un nivel al siguiente en forma escalonada​en.wikipedia.org. Esta descripción sugiere que los obreros colocaban un bloque en una especie de cuna o palanca, lo levantaban al primer nivel, luego reubicaban la palanca en el siguiente nivel para seguir elevándolo, y así sucesivamente. Aunque Heródoto escribió mucho después de construirse las pirámides, su relato coincide con la noción de levantar las piedras gradualmente usando dispositivos de madera sencillos. Adicionalmente, los bloques y estatuas colosales eran trasladados sobre trineos de madera que se deslizaban por el suelo. Relieves del Imperio Medio (Tumba de Djehutihotep, ca. 1880 a.C.) muestran equipos de trabajadores tirando de grandes estatuas sobre trineos, mientras una persona vierte agua sobre la arena para lubricar y reducir la fricción​sci.news. Experimentos modernos han confirmado que humedecer la arena puede reducir a la mitad la fuerza necesaria para arrastrar un trineo, un truco que seguramente los egipcios conocían bien​sci.newssci.news. También se cree que utilizaban rodillos de madera bajo los trineos o directamente bajo las piedras en terreno firme, aunque la evidencia directa de rodillos es escasa.
  • Organización y mano de obra: Detrás de estas técnicas había una enorme movilización humana. Lejos del mito de esclavos, las pirámides fueron erigidas por miles de obreros especializados (canteros, transportistas, albañiles) y campesinos reclutados durante la temporada de inundación del Nilo (cuando no podían cultivar)​en.wikipedia.org. Se estima que para las grandes pirámides de la IV Dinastía trabajaron unos 10.000 a 30.000 hombres en turnos rotativos, apoyados por una compleja logística de alimentación, herramientas y organización en cuadrillas. Hallazgos en Giza de aldeas de trabajadores, panaderías y grafitos de cuadrillas confirman esta planificación comunitaria. La escala del esfuerzo impresiona: en apenas siglo y medio (dinastías III y IV) los egipcios extrajeron y colocaron unos 25 millones de toneladas de piedra en al menos siete pirámides monumentales​journals.plos.org. Esto implica mover en promedio 50 toneladas de bloques por hora de jornada laboral a lo largo de generaciones​journals.plos.org. Tales logros demuestran la efectividad de las técnicas tradicionales (rampas, palancas, tracción humana) cuando se combinaban con mano de obra abundante y administración eficiente. No obstante, pese a numerosos estudios detallando estos métodos convencionales​journals.plos.org, aún no existe un modelo integral aceptado que explique paso a paso la construcción de las mayores pirámides​smithsonianmag.com. Cada teoría presenta desafíos, y muchos aspectos permanecen en debate debido a la limitada evidencia directa sobre cómo se erigieron exactamente estos colosos de piedra.

3. Comparación con hipótesis previas

La nueva teoría hidráulica de Landreau et al. contrasta de forma notable con las hipótesis tradicionales sobre cómo se elevaron los bloques en las pirámides:

  • Métodos tradicionales (rampas y fuerza humana): Las explicaciones más aceptadas hasta ahora sugieren que los bloques fueron arrastrados por trabajadores mediante rampas de tierra y acomodados con palancas nivel por nivel. Por ejemplo, la “hipótesis de la rampa” asume la construcción de largas rampas o taludes adosados a la pirámide, por las cuales grupos numerosos de obreros tiraban de los bloques con cuerdas​smithsonianmag.com. Variaciones de esta teoría incluyen rampas rectas frontales, rampas en espiral alrededor de la pirámide, o rampas internas (dentro de la estructura) propuestas en estudios más recientes. Otras ideas sugieren el uso de guindolas, cabrestantes o polipastos primitivos accionados a fuerza humana o animal​labyrinth.rienkjonker.nl, aunque no hay evidencia clara de que poleas complejas existieran en la III Dinastía. Todos estos métodos dependen fundamentalmente de la tracción manual y la gravedad: aprovechar planos inclinados, rodillos, cuñas y contrapesos simples para vencer el peso de las piedras. Si bien son soluciones conceptualmente sencillas, requieren construir mucha infraestructura auxiliar (rampas que a veces podrían igualar en volumen a la propia pirámide) y coordinar el trabajo de cientos de personas por bloque.
  • Teoría hidráulica de Landreau (ascensor de agua): Plantea un mecanismo totalmente distinto: utilizar la presión hidráulica para elevar las piedras desde el interior, reduciendo la necesidad de arrastrarlas por rampas externas. En vez de empujar los bloques ladera arriba, el sistema usaría el empuje del agua en un pozo vertical para levantarlos. Técnicamente, funciona como un ascensor contrapesado por agua: al llenar de agua un eje interno, un gran flotador sube (o presiona hacia arriba una plataforma) elevando el bloque; al vaciar el agua, el flotador baja para recibir el siguiente bloque​journals.plos.orgjournals.plos.org. Esto significaría que la pirámide de Djoser pudo haberse construido “de adentro hacia afuera”, elevando bloques en el centro y agregándolos en los niveles superiores sin necesidad de arrastrarlos por la fachada escalonada​journals.plos.org. A diferencia de las rampas, que requieren un ángulo tendido y espacio amplio, el elevador hidráulico se desarrollaría dentro de la estructura, dejando el exterior libre durante la construcción. También contrasta en la mano de obra: gran parte del esfuerzo recae en controlar el flujo de agua (abriendo compuertas, sellando galerías) más que en la fuerza bruta de cientos de hombres tirando. En teoría, esto podría acelerar ciertas fases del levantamiento de bloques y reducir la cantidad de rampas o andamios necesarios alrededor de la pirámide. Sin embargo, esta hipótesis introduce otras exigencias: un suministro fiable de agua, un conocimiento avanzado de ingeniería hidráulica y la capacidad de impermeabilizar y contener grandes volúmenes de agua dentro de túneles y pozos de piedra. En resumen, la diferencia principal es mecánica (hidráulica vs. mecánica simple): las teorías clásicas se basan en el trabajo manual intensivo apoyado en planos inclinados, mientras que la teoría de Landreau propone un ingenioso dispositivo tecnológicamente más sofisticado para la época, aprovechando principios hidrostáticos para lograr lo mismo de forma más eficiente.

4. Viabilidad técnica en el siglo XXVII a.C.

¿Podría un sistema hidráulico de este tipo haber existido con la tecnología disponible hacia 2680 a.C.? Esta pregunta requiere evaluar tanto las condiciones naturales de la época como el ingenio técnico de los egipcios del Imperio Antiguo.

  • Disponibilidad de agua: La viabilidad depende en gran medida de contar con suficiente agua para alimentar el elevador. Saqqara se encuentra al borde del desierto Occidental, fuera del valle inundable del Nilo actual. Sin embargo, los investigadores identificaron indicios de una posible fuente hídrica estacional. El Gisr el-Mudir parece ubicado para capturar escorrentía de una cuenca al oeste (Wadi Taflah), formando quizás un lago efímero en temporada de lluvias​journals.plos.org. Durante el Imperio Antiguo, el clima del Sahara aún se estaba secando tras el periodo húmedo del Holoceno (“Sahara verde”), por lo que es posible que existieran lluvias esporádicas más abundantes que las actuales y cauces temporales activos​journals.plos.org. Además, el sitio de Saqqara está relativamente cerca del Nilo; de hecho, los autores mencionan la presencia de un antiguo brazo desaparecido del río cerca de la zona​livescience.com. Si tal brazo fluvial existió, podría haber suministrado agua de forma más constante mediante canales. En el estudio de Landreau, se argumenta que el volumen de agua captado en el Wadi Taflah habría sido suficiente: sus simulaciones indican que el caudal disponible era del mismo orden de magnitud que el requerido para operar el elevador durante la construcción​journals.plos.org. Es decir, técnicamente sí habría habido agua suficiente en momentos puntuales para llenar los pozos y elevar bloques. Algunos expertos externos son cautos con este punto: el geoarqueólogo Oren Siegel señala que una presa como Gisr el-Mudir difícilmente podría acumular el agua necesaria solo con lluvias ocasionales en el desierto​smithsonianmag.com. No obstante, otros (como J. Bunbury) admiten que pudo haber la cantidad de agua necesaria si se aprovechó la hidrología local sabiamente​smithsonianmag.com. En resumen, aunque Saqqara no es una zona naturalmente inundable, existían potenciales fuentes hídricas (lluvias estacionales, escorrentía del desierto e incluso derivaciones del Nilo) que, manejadas con la ingeniería adecuada, podrían haber hecho factible un sistema hidráulico.
  • Conocimientos y recursos tecnológicos: Los antiguos egipcios eran famosos por su dominio del agua en otros contextos: construyeron canales de riego, diques y empleaban esclusas rudimentarias para navegar con barcazas cargadas de piedras​journals.plos.org. De hecho, se les ha llegado a denominar una “civilización hidráulica temprana” por la centralidad del control del Nilo en su desarrollo​journals.plos.org. Hay evidencia de proyectos hidráulicos ambiciosos desde épocas muy tempranas. Por ejemplo, la presa de Sadd el-Kafara en Wadi Garawi (c. 2600 a.C.) es la represa de mampostería más antigua conocida del mundo, con 14 m de alto y 113 m de largo; aunque finalmente colapsó durante una inundación, demuestra que hacia la IV Dinastía los egipcios intentaron obras de control de aguas a gran escala​sethna.lassp.cornell.edusethna.lassp.cornell.edu. En principio, entonces, los ingenieros de Djoser no carecían de conceptos para desviar y almacenar agua. Materialmente, contaban con piedra y arcilla para impermeabilizar canales o pozos si era necesario, y con abundante madera de acacia y quizás cedro importado para construir un gran flotador o compuertas. El estudio de Landreau señala que algunas galerías dentro del complejo de Djoser tenían revestimientos de madera (acacia) –posiblemente para sellar paredes en contacto con agua– y un rastrillo de piedra tipo hermética que podría haber servido de compuerta en el sistema de llenado del pozo​journals.plos.orgjournals.plos.org. Estos indicios sugieren una intención de manejar agua bajo control. En términos de mecánica, el principio de un ascensor hidráulico es relativamente simple (basado en flotabilidad y contrapeso) y no requiere piezas metálicas avanzadas ni bombas modernas, solo válvulas o compuertas para llenar o vaciar el pozo en el momento adecuado. Los egipcios ya empleaban sifones y conos para decantar sedimentos en contextos de producción artesanal, por lo que escalar esos principios a una obra mayor está dentro de lo posible. La mayor dificultad técnica habría sido garantizar la estanqueidad del pozo y las conexiones: evitar que el agua se filtrara fuera o que las paredes de piedra del eje cedieran bajo la presión. Dado que la pirámide de Djoser fue la primera construida enteramente en piedra, implica que contaban con constructores excepcionalmente innovadores como Imhotep. No es descabellado que un arquitecto de tal calibre ideara un mecanismo único. Aun así, la ausencia de menciones explícitas a dispositivos hidráulicos en los registros de la época es notable. Como apunta la Dra. Judith Bunbury, si un aparato así se utilizó, es sorprendente que no aparezca representado en escenas de tumbas o textos técnicos del Reino Antiguo (que sí ilustran otras facetas de la vida y tecnología)​smithsonianmag.com. Esto podría indicar que el sistema era conocido solo por un círculo muy reducido de especialistas o que su uso fue excepcional y efímero. En conclusión, desde un punto de vista técnico-arqueológico, no hay nada manifiestamente imposible en la idea de un elevador hidráulico en el siglo XXVII a.C. Los egipcios disponían del know-how hidráulico (aunque aplicado principalmente a riego y transporte fluvial) y de materiales para implementarlo. La cuestión crítica es demostrar con pruebas materiales que efectivamente lo hicieron en Djoser; la viabilidad existía, pero requeriría una conjunción poco común de circunstancias: suficiente agua, planificación estatal de alto nivel y mantener en secreto o no documentar ampliamente el procedimiento.

5. Reacciones en la comunidad científica

El planteamiento de Landreau y sus colegas ha generado diversas reacciones entre egiptólogos, arqueólogos e ingenieros especializados en la antigüedad. Dado lo inusual de la propuesta, la recepción ha oscilado entre el entusiasmo por la novedad y el escepticismo prudente:

  • Interés y recepción positiva: Algunos investigadores han elogiado el estudio por aportar una perspectiva fresca a un problema antiguo. El propio Landreau lo calificó como un “parteaguas” que podría cambiar el paradigma establecido sobre la construcción piramidal​smithsonianmag.com. La idea de que los egipcios aplicaran sus conocimientos hidráulicos a la construcción monumental ha sido bienvenida como hipótesis digna de exploración, sobre todo porque integra evidencias arqueológicas (estructuras como Gisr el-Mudir y el foso) que antes carecían de explicación convincente. La comunidad valora que se abran nuevas líneas de investigación: “este trabajo abre una línea de investigación inédita: el uso de la fuerza hidráulica para erigir las estructuras masivas de los faraones” escriben los autores​journals.plos.org. Incluso entre quienes dudan, existe reconocimiento de que el estudio reúne datos interesantes (topografía, paleohidrología, análisis arquitectónico) que obligan a reconsiderar las funciones del complejo de Saqqara.
  • Escepticismo y críticas: Sin embargo, muchos expertos se muestran cautelosos. La egiptóloga Julia Budka (Universidad de LMU Múnich) señala varias reservas: le preocupa que ningún egiptólogo o arqueólogo de campo participó directamente en el estudio, lo que podría llevar a interpretaciones fuera de contexto arqueológico​smithsonianmag.comlivescience.com. Observa además que los autores llegan a cuestionar que la pirámide de Djoser fuera un simple enterramiento, algo que choca con el consenso histórico​smithsonianmag.com. Budka afirma tajantemente: “Científicamente, su hipótesis no está en absoluto probada, y los mismos autores dicen al final del artículo que sería necesario realizar estudios geológicos y análisis de muestras… para entender mejor el sistema hidráulico propuesto”​livescience.com. Esta última puntualización subraya que incluso según Landreau et al., sus conclusiones son preliminares y requieren confirmación. Por su parte, la Dra. Judith Bunbury (geoarqueóloga, Univ. de Cambridge) reconoce la evidencia de tecnología hidráulica en el Egipto de esa época (irrigación, canales), pero no encuentra pruebas de un elevador hidráulico en las fuentes disponibles​smithsonianmag.com. Le resulta llamativo el silencio de las escenas tombales y textos sobre un mecanismo tan notable, insinuando que algo tan útil habría dejado huella en los registros si realmente se empleó​smithsonianmag.com. Otro punto de debate es la cantidad de agua: Bunbury concede que pudo haber suficiente agua estacional, pero el arqueólogo Oren Siegel (Univ. de Toronto) duda de que la presa propuesta retuviera suficiente agua de lluvia para sostener un sistema así de continuo​smithsonianmag.com. En medios de divulgación, algunos especialistas han expresado recelo comparando esta idea con las muchas teorías especulativas que han surgido sobre las pirámides. Se destaca que falta evidencia física directa dentro de la pirámide (por ejemplo, residuos minerales de agua en los pozos, restos de mecanismos de madera) que sustente la existencia real del elevador. Hasta ahora, la mayoría de egiptólogos se inclina a tratar la hipótesis hidráulica como interesante pero no demostrada.

En síntesis, la comunidad científica ha recibido el estudio con mesura. Se aplaude el enfoque interdisciplinario y la osadía de replantear un problema clásico, pero muchos expertos piden más pruebas antes de aceptar que Imhotep realmente diseñó un “ascensor de agua”. Esta cautela es común cuando surge una teoría que desafía interpretaciones establecidas durante décadas. Probablemente harán falta más investigaciones (y quizás evidencias arqueológicas tangibles) para convencer plenamente a los escépticos.

6. Implicaciones y conclusiones

Si la teoría del sistema hidráulico en la Pirámide de Djoser llegara a confirmarse, las implicaciones para nuestra comprensión de la ingeniería egipcia antigua serían profundas. En primer lugar, significaría que hacia el 2700 a.C. los egipcios habrían desarrollado una tecnología de elevación de cargas pionera, adelantándose por milenios a inventos hidráulicos similares. Actualmente damos por sentado que las pirámides fueron hazañas de logística y trabajo humano; integrar la hidráulica en este cuadro revelaría un nivel inesperado de sofisticación técnica. Cambios en la interpretación histórica: La construcción de Djoser ya era considerada revolucionaria (por ser la primera de piedra y en forma piramidal); con esta teoría, Imhotep y sus contemporáneos destacarían aún más como visionarios, al conjugar arquitectura y control del agua en un solo proyecto. Podría revalorizarse el papel de los complejos auxiliares alrededor de las pirámides: por ejemplo, estructuras hasta ahora enigmáticas como Gisr el-Mudir pasarían a tener un sentido funcional concreto dentro del proceso constructivo​

journals.plos.org. Del mismo modo, habría que reconsiderar la aparente “simplicidad” de métodos constructivos en el Imperio Antiguo – quizás algunas técnicas se perdieron u omitieron en los registros, y la tradición constructiva podría haber sido más experimental de lo que pensábamos.

No obstante, es importante señalar que esta teoría aún no goza de consenso, y por ahora sirve más como hipótesis estimulante que como hecho establecido. Confirmarla requerirá más investigación. Varios expertos, incluida la propia Budka, subrayan la necesidad de trabajos futuros para validar o refutar la propuesta​

livescience.com. Algunas líneas de investigación a seguir serían:

  • Estudios geoarqueológicos: Realizar excavaciones y sondeos en la zona del foso seco y detrás de Gisr el-Mudir, buscando señales inequívocas de retención de agua. Por ejemplo, analizar sedimentos en los compartimentos del foso para detectar depósitos de arcilla o limo que indicarían agua estancada deliberadamente​journals.plos.org. Igualmente, estudiar la estratigrafía detrás de Gisr el-Mudir para ver si realmente se acumuló un lago temporal (capas de limo delatan antiguos embalses).
  • Evidencias hidráulicas en la pirámide: Inspeccionar con detalle los pozos internos y galerías de la Pirámide de Djoser en busca de huellas del supuesto elevador. Esto incluye buscar marcas de erosión por agua en la piedra, restos de recubrimientos impermeables (yeso hidráulico) o residuos químicos como depósitos de sal mineral que quedan al evaporarse agua estancada. También habría que analizar las llamadas “cajas de granito” en los ejes: si son parte de un sistema de compuertas, podrían mostrar mecanísmos de sello o rieles de movimiento. Cualquier resto orgánico (madera) en esos contextos sería crucial; de hallarse fragmentos en los conductos, datarlos por carbono 14 confirmaría su contemporaneidad con la construcción.
  • Replicación experimental: Intentar recrear a escala el sistema propuesto. Por ejemplo, construir un modelo funcional de un elevador hidráulico con materiales egipcios (pozo de piedra, flotador de madera, compuertas) para evaluar si efectivamente puede levantar bloques del peso estimado con el caudal de agua sugerido. Ya se ha hecho en el pasado experimentación con rampas y trineos; un experimento hidráulico podría validar la practicidad del concepto y afinar detalles (p. ej., cuánta agua por ciclo, cuántos operarios necesitaría).
  • Relectura de textos y relevo iconográfico: Revisar inscripciones, papiros o relieves poco estudiados del periodo de Djoser y posteriores inmediatos buscando referencias veladas a agua usada en construcciones. Quizá términos técnicos mal comprendidos podrían referirse a compuertas o dispositivos hidráulicos. Si bien nada obvio menciona ascensores, una nueva mirada con esta hipótesis en mente podría resaltar indicios antes pasados por alto.

En conclusión, la hipótesis de Landreau et al. abre un panorama apasionante: la posibilidad de que los antiguos egipcios combinaran ingeniería civil y gestión hidráulica para lograr una de sus primeras maravillas arquitectónicas. Por ahora, es una teoría sugestiva pero requiere corroboración. Si llegara a demostrarse, reescribiría parte de los libros de historia de la tecnología, mostrando que hacia el 2650 a.C. ya se había concebido un mecanismo proto-hidráulico de elevación de cargas. Incluso si finalmente se matiza o descarta, el solo hecho de investigarla está enriqueciendo nuestro conocimiento: ha obligado a examinar con lupa estructuras como Gisr el-Mudir y ha recordado la importancia del agua en el paisaje de las pirámides. Como indica el estudio, esta propuesta inaugura una nueva línea de investigación sobre el papel de la hidráulica en las construcciones faraónicas​

journals.plos.org. En el futuro cercano, esperamos ver un diálogo más estrecho entre egiptólogos, ingenieros y geoarqueólogos para testar esta idea. Ya sea que el veredicto final confirme un “ascensor de agua” en la pirámide de Zoser o reafirme las técnicas tradicionales, habremos obtenido una comprensión más completa de las extraordinarias capacidades de la civilización egipcia.

Referencias:

  • Landreau, X. et al. (2024). On the possible use of hydraulic force to assist with building the step pyramid of Saqqara. PLOS ONE 19(8): e0306690.
  • Arnold, D. (1991). Building in Egypt: Pharaonic Stone Masonry. Oxford University Press.
  • Lehner, M. (2001). The Complete Pyramids. Thames & Hudson.
  • Bunbury, J. (2024). Comentarios en Ars Technica/CNN sobre estudio de Landreau​smithsonianmag.comsmithsonianmag.com.
  • Budka, J. (2024). Declaraciones en Live Science sobre estudio de Landreau​livescience.com.
  • Bower, B. (2024). Resumen en ScienceNews del estudio hidráulico​smithsonianmag.com.
  • Jarus, O. (2018). Live Science: Descubrimiento de rampa en Hatnub​livescience.com.
  • Fall, A. et al. (2014). Physical Review Letters 112:175502 – estudio sobre trineos y arena húmeda​sci.news.
    (y otras fuentes citadas en el texto)

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