Índice de contenidos
La presión turística se desplaza al sur mientras Valencia reduce su oferta de pisos vacacionales
La moratoria que limita la apertura de nuevos alojamientos turísticos en Valencia está modificando el mapa provincial: la capital pierde viviendas, mientras que los municipios costeros situados a menos de media hora experimentan subidas intensas.
Un año después de la moratoria, la geografía turística cambia de rumbo
La normativa introducida para frenar la proliferación de pisos turísticos en Valencia ha provocado un efecto que ya se deja ver con claridad en los datos recientes. Los alojamientos vacacionales disminuyen dentro del municipio, pero crecen con fuerza en la franja litoral situada al sur de la ciudad, especialmente en localidades de la Ribera Baixa y la Safor.
Los últimos informes elaborados a partir de datos oficiales confirman la tendencia: Valencia registra un descenso progresivo en el número de apartamentos turísticos activos, mientras que los destinos cercanos no han dejado de sumar nuevas viviendas. El fenómeno, lejos de ser puntual, se ha ido consolidando trimestre a trimestre.
Valencia retrocede y se acerca a cifras previas a la pandemia
La capital marca una reducción moderada pero sostenida en su parque de alojamientos turísticos. La combinación de la moratoria, el incremento de inspecciones municipales y el cierre de cientos de apartamentos irregulares ha devuelto el volumen de viviendas a niveles próximos a los que existían antes del auge pospandemia.
A este ajuste también contribuyen propietarios que han decidido abandonar el mercado por incertidumbre normativa o por temer sanciones si su actividad no se ajusta a los requisitos actuales. La caída se distribuye principalmente en los barrios más tensionados en los últimos años.
Gandia, Oliva y Cullera absorben el crecimiento
Mientras la ciudad regula, la costa recoge el testigo. Gandia encabeza el ascenso con un incremento notable de alojamientos en funcionamiento, seguida por Oliva, Cullera y otros municipios cercanos. En algunos casos, los aumentos trimestrales se sitúan claramente por encima del 10%.
En conjunto, estas localidades suman ya varios miles de viviendas de uso turístico, aproximándose al volumen que mantiene la capital. Para la mayoría, el crecimiento responde a un entorno normativo más estable y a la preferencia del visitante por zonas de playa donde la demanda se mantiene durante buena parte del año.
Interpretaciones opuestas entre Ayuntamiento y sector
Para el gobierno municipal, los datos confirman que las medidas aplicadas están “recuperando el equilibrio residencial” y moderando la presión turística en los barrios más saturados. La moratoria, explican, pretendía justamente evitar la expansión descontrolada en zonas vulnerables.
Las asociaciones del sector turístico, por el contrario, consideran que la caída en la capital no es un éxito regulatorio, sino una consecuencia de la incertidumbre jurídica y del reajuste del mercado tras los años posteriores a la pandemia. Según sus análisis, muchos propietarios han optado por trasladar su actividad a localidades con normativas más claras.
Una tendencia que se estabiliza
Después de más de un año en vigor, la moratoria empieza a mostrar un patrón estable: la oferta en Valencia se reduce y el crecimiento se desplaza hacia los municipios de costa a menos de media hora del centro. Lo que comenzó como un movimiento incipiente se ha convertido ya en un comportamiento consolidado.
Etiquetas: