Los trabajos de restauración del Palau del Temple de Valencia concluirán en marzo de 2017 tras unas obras “minimalistas” para “recuperar el estado original” de este edificio del siglo XVIII, considerado Bien de Interés Cultural (BIC), cuyo proyecto de recuperación comenzó en 2007. Una vez acondicionado el edificio, el palacio quedará abierto para que los ciudadanos visiten los restos arqueológicos del siglo XII hallados.
Así lo ha explicado el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, durante su visita al palacio para comprobar el estado de las obras. Moragues ha explicado, junto al director de la intervención, Manuel Fonseca, que esta restauración se ha hecho “pensando en el edificio”.
Asimismo, ha recordado que las obras de reconstrucción tuvieron que detenerse al hallarse un conjunto de restos arqueológicos formado por parte de la muralla árabe, dos torres, una barbacana y una casa árabe con pinturas y murales.
Fonseca ha explicado que este edificio tiene un “estilo neoclásico muy purista”, por lo que la restauración ha querido mantener “el máximo posible” del siglo XVIII, mientras que casi toda la obra posterior se ha eliminado, salvo unos suelos en la parte este del edificio.
Asimismo, ha detallado que se ha querido mantener casi toda la estructura de madera de los techos, con las vigas principales, que son de madera tallada. De hecho, ha señalado que se ha recuperado un 95 por ciento de las estructuras de madera del edificio, incluido un techo artesonado que data del siglo XV.
Respecto a los restos arqueológicos, Fonseca ha indicado que se están recuperando la muralla, las torres y la barbacana, que se expondrán bajo el edificio adosado de cuatro pisos que se construirá para proteger estos restos y acoger servicios administrativos.
Además, ha explicado que era “imposible” colocar los restos de la casa árabe en el conjunto. Por ello, según ha señalado Moragues, estos vestigios –que actualmente están en el museo municipal– se trasladarán al Temple cuando esté terminado.
“COMPARTIMENTACIONES INICIALES”
En cuanto a las salas en las que se dividirá el palacio, Fonseca ha apuntado que se intentará respetar “las compartimentaciones iniciales”, por lo que los huecos en las paredes posteriores al siglo XVIII se tapiarán. En este sentido, en las partes destinadas a la administración, las distintas áreas de trabajo estarán separadas por grandes armarios y el espacio entre estos y el techo y las paredes se cubrirá con vidrio.
Fonseca ha explicado que esto responde a la idea de que el edificio “utilice la luz natural”. Por ello también ha comentado que se ha recuperado el blanco original de las paredes, y que para potenciar el ahorro energético, todas las luminarias serán de LED.
Asimismo, se ha reconstruido una de las torres del edificio, que al comenzar las obras “estaba vacía”. “Cuando llegué, en esta torre no había nada, aunque en el pasado hubo una escalera, por lo que decidimos construir una escalera como nexo de unión e incluir una bóveda de estilo tradicional valenciano”, ha contado Fonseca a Europa Press.
“COMPARABLE AL PALACIO REAL”
Por su parte, Moragues ha destacado que el edificio se comenzó a construir en 1761, en época de Carlos III, por lo que es “comparable al Palacio Real de Madrid”. En este sentido, Fonseca ha señalado que este, junto al palacio del Tribunal Superior de Justicia, es “de los pocos ejemplos de edificios neoclásicos” en la capital del Turia.
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