La Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” ha presentado su nueva mascota, “Sento”, un cuervo de peluche inspirado en el pájaro de la misma especie que, según la tradición, protegió el cuerpo sin vida de San Vicente Mártir cuando, tras ser torturado y muerto en el año 304, sus restos mortales fueron lanzados por las tropas del prefecto romano Daciano fuera de las murallas de Valencia. Según la tradición, un cuervo se situó junto al cadáver del santo evitando que las alimañas lo devoraran.
Los beneficios de la venta de la mascota están destinados a los centros de acogida para ex reclusos en Valencia “Hogar Scala” y el “Piso Claver”, según han indicado hoy a la agencia AVAN fuentes de la UCV.
“Tras unos primeros estudios en los que se decidió el símbolo y el nombre que se le iba a dar a la mascota, el trabajo se encargó a varias empresas especializadas en diseño y marketing para que lo llevaran a cabo”, han explicado las fuentes de la UCV.
Así, las empresas Grupo Gestión, Especial 25 y Play by Play hicieron “un estudio del camino de San Vicente, no sólo en la ciudad de Valencia, sino en toda la península ibérica para recopilar gran cantidad de imágenes del santo para la elaboración del peluche”, han añadido.
A partir de ese momento los diseñadores crearon a “Sento”, marcándose como objetivo suavizar todos aquellos aspectos duros y agresivos que el cuervo como animal puede tener y para ello eliminaron las garras, suavizaron el pico, situaron los ojos en el centro de la cara, subieron los orificios nasales a lo alto del pico, y redondearon su cuerpo”, según han indicado las mismas fuentes.
El peluche “Sento”, popular diminutivo en valenciano de Vicente, se puede adquirir en las conserjerías de todos los campus de la UCV y a través de la página web www.ucv.es, han añadido.
El primer mártir de la Iglesia en Hispania
San Vicente Mártir, patrón de la ciudad de Valencia y de la propia archidiócesis, fue el primer mártir de la Iglesia en Hispania. Nacido en Huesca, fue ordenado diácono por el obispo Valero al que acompañaba y ayudaba en su predicación.
Durante la persecución del emperador Diocleciano a los cristianos, san Vicente se mantuvo fiel a su fe negándose a adorar al emperador y a entregar los Libros Sagrados. Por orden del prefecto Daciano, fue trasladado desde Zaragoza a Valencia, donde fue martirizado el 22 de enero del año 304.
Para evitar que fuera venerado, Daciano intentó deshacerse del cadáver de distintas maneras sin éxito. Finalmente, su cuerpo fue arrojado al muladar de la ciudad de Valencia para que fuera devorado por las fieras pero, según la tradición, un cuervo se posó sobre su cadáver y lo protegió.
VLC Ciudad/Redacción
