Índice de contenidos
La vecina del Cabañal se impone en un certamen cargado de sabor, recuerdos y herencia gastronómica. Su receta de titaina se incorpora desde mañana a la carta de Mi Cub, el local que apuesta por la cocina de kilómetro cero en el Mercado de Colón.
En Valencia, donde la gastronomía se vive como una extensión de la identidad, el V Torneo de Titaina Valenciana celebrado en el restaurante Mi Cub se ha consolidado como un homenaje anual al sabor más auténtico del barrio del Cabañal. Este año, la protagonista indiscutible ha sido Laura Bolea, quien con una receta que combina sencillez, tradición y mucho amor por la terreta, se ha alzado como ganadora de esta edición.




La propuesta, que se mantendrá durante todo el año en la carta del restaurante, incorpora ingredientes tan reconocibles como ajo, pimiento verde, tomate valenciano, tonyna, piñones y aceite de oliva virgen extra, elementos que definen el alma de este plato humilde pero lleno de historia.
Mi Cub y su apuesta por las tradiciones valencianas
Ubicado en el emblemático Mercado de Colón, Mi Cub se ha convertido en un referente para quienes buscan sabores de siempre con una presentación actual. Con su iniciativa “Las 4 Estaciones de la Terreta”, el local rinde tributo cada temporada a una receta tradicional, elaborada con productos locales y de proximidad.
Anabel Navas, directora del restaurante, expresaba su alegría por el éxito del torneo: “Este evento ya es un clásico en nuestra programación. Cada año nos emociona ver a estas mujeres traer sus historias y su arte culinario al corazón de la ciudad.”
Y es que, en cada edición, no solo se valora el sabor del plato, sino la historia que lo acompaña, la herencia familiar y la emoción que despierta en quienes lo cocinan y quienes lo prueban.
Laura Bolea: pasión, memoria y sabor
Laura no nació en una cocina profesional, pero sí en un entorno donde la comida siempre fue una forma de unión. “Aprendí esta receta de la madre de una amiga, la probé una vez y me enamoré del sabor. Desde entonces la preparo siempre que puedo, sobre todo en Fallas”, contaba tras recibir su premio.
En su plato hay algo más que ingredientes: hay cariño, hay recuerdos, y hay una manera de entender la cocina como un puente entre generaciones. Ese espíritu fue el que conquistó al jurado compuesto por periodistas gastronómicos, quienes destacaron la autenticidad de su titaina y el equilibrio de sabores.
El Cabañal en el corazón del certamen
Este torneo no sería posible sin el alma del Cabañal, un barrio que ha sabido preservar su esencia pese al paso del tiempo. En esta edición participaron también Carmen Lacomba, Teresa Crespo y Mila Crespo, mujeres que representan esa memoria viva que se cuece a fuego lento en las cocinas de nuestras abuelas.
Carmen Lacomba, que ya ganó en dos ocasiones anteriores, volvió con su receta de siempre. “Mi madre me enseñó y ahora mi familia me la pide cada vez que hay reunión. La preparo con amor, y siempre triunfa”, contaba mientras mostraba su cazuela con orgullo.
Teresa Crespo, por su parte, mantiene la tradición con su toque particular: tomate natural rallado, piñones de calidad y una pizca de azúcar para suavizar la acidez. “Mi abuela me enseñó a hacerla y también la coca de titaina. Para mí, es un legado familiar”, explicaba con emoción.
Y Mila Crespo, curtida entre fogones gracias a toda una vida regentando un bar en el barrio, defendió su receta con esa seguridad que da la experiencia. Además, asegura tener los mejores buñuelos y pepitos de Valencia, y no pocos vecinos lo confirman.
Una fiesta del sabor y la memoria
La puesta en escena del evento fue tan entrañable como sabrosa. El periodista Boro Peiró ejerció de maestro de ceremonias, aportando ese toque de cercanía y complicidad que tan bien encaja con el espíritu del torneo.
Durante la presentación, el ambiente era familiar y festivo. Entre cacerolas, cucharas de madera y el inconfundible aroma de la titaina recién hecha, las asistentes compartían anécdotas, técnicas y sobre todo, recuerdos.
“Este tipo de actos nos devuelven a la esencia de lo que somos”, decía un asistente habitual del Mercado. “No es solo comida, es cultura, es identidad”.
La titaina, mucho más que un guiso
Para quienes no la conocen, la titaina es un plato tradicional del Cabañal que mezcla sabores del mar y la huerta. Se prepara sobre todo en Semana Santa, aunque en muchas casas es habitual todo el año. En algunas versiones, se sirve como relleno de cocas o pepitos, y su sabor intenso la convierte en un favorito de grandes y pequeños.
La receta varía ligeramente de una casa a otra, pero hay elementos que no pueden faltar: tonyna (atún en salazón), tomate, pimiento, ajo y piñones. La clave está en la cocción lenta y en el mimo con que se remueve el guiso hasta conseguir esa textura melosa y ese aroma que lo hace inconfundible.
Una receta para el recuerdo, ahora al alcance de todos
Gracias al torneo, la titaina de Laura Bolea ya no es solo un tesoro de su cocina: desde mañana, estará disponible en la carta de Mi Cub, para que valencianos y visitantes puedan descubrir (o redescubrir) este plato que huele a casa.
Y no es solo una receta más. Es un símbolo de cómo la gastronomía puede ser un vehículo para preservar la identidad, para contar historias y para compartir emociones.
¿Qué nos enseña este torneo?
Que la cocina popular sigue más viva que nunca. Que no hace falta técnicas complicadas para emocionar. Que detrás de cada plato tradicional hay una persona, una familia, una historia que merece ser contada. Y que iniciativas como esta no solo alimentan el estómago, sino también el alma de la ciudad.