En la Biblia, la última vez que Jesús comió con sus apóstoles se conoce como la Última Cena. Numerosos artistas han representado este sagrado evento, aunque el ejemplo más famoso es el cuadro del maestro del Renacimiento Leonardo da Vinci.
Sin embargo, ¿Cuánto sabemos en realidad sobre la Última Cena? ¿Qué fue, cómo fue y qué podemos aprender de lo que nos cuenta la Biblia?
Es probable que la Última Cena fuese un Séder. Según la Encyclopædia Britannica, un séder es una “comida religiosa servida en los hogares judíos los días 15 y 16 del mes de Nisán para comenzar el festival del Pésaj”. El Nisán suele caer en marzo-abril.
Jesús y sus seguidores fueron a Jerusalén para celebrarlo, ya que en los calendarios modernos, el Pésaj, el Viernes Santo y la Pascua caen en fechas próximas.
A diferencia de la fiesta que vivimos hoy en día, la celebración era mucho más sencilla, ya que consistía básicamente en un banquete protagonizado por un cordero sacrificado.
La Última Cena normalmente se representa con Jesús y sus discípulos alrededor de una gran mesa. Sin embargo, es probable que ni siquiera hubiese mesa.
Es más probable que Jesús y sus discípulos se hayan sentado en el suelo, sobre cojines o sobre una alfombra.
Así es como solían comer en esta zona en aquella época, al igual que en las zonas dominadas por el Imperio Romano. Como mucho, había una mesa bajita y pequeña, pero desde luego no una gran mesa con mantel como la que aparece en los cuadros.
El cuadro de Da Vinci en realidad no es un ‘buon fresco’ Resulta que, para que un cuadro se considere un buon fresco, una pintura mural que se realiza sobre yeso húmedo. Este no fue el caso de la imagen más famosa de Da Vinci.
El cuadro de Da Vinci en realidad no es un verdadero fresco
En su lugar, el maestro del Renacimiento optó por una técnica diferente, llamada secco fresco, que consiste en pintar sobre un yeso seco.
¿Por qué Da Vinci usó este método? Probablemente, porque era más flexible y se podía tomar su tiempo para acabar el cuadro, al no tener que preocuparse porque se secase el yeso.
Esto le dio tiempo suficiente a Da Vinci para aplicar meticulosamente varias técnicas, como el claroscuro y el esfumado, que resultaron en la gran obra de arte.
María Magdalena no estuvo presente… ¿o sí? En la obra de Da Vinci se aprecia a Jesús y a sus apóstoles, pero hay uno en concreto sobre el que se ha especulado mucho.
Algunos creen que el apóstol que estaba sentado a la derecha de Jesús no es el apóstol Juan, sino una mujer. Y se supone que la mujer es María Magdalena.
El hecho de que lo representase sin barba y con rasgos faciales femeninos ha provocado bastante especulación. No obstante, no hay pruebas que demuestren esta teoría.
El cuadro que vemos actualmente no es solo obra de Da Vinci El famoso mural de Da Vinci se encuentra en la pared del refectorio del antiguo convento de Santa Maria della Grazie. Solo que este no es la obra original en su estado original.
La pintura se completó en 1498, pero en menos de dos décadas empezó a desconcharse. Como consecuencia, se han realizado numerosos esfuerzos por restaurarlo.
Actualmente, los pincelazos originales de Leonardo Da Vinci están escondidos bajo capas de pintura aplicadas por otras personas.
¿En qué parte de la Biblia se menciona la Última Cena? Dado que los Evangelios son los primeros libros del Nuevo Testamento, podríamos asumir que la Última Cena se mencionaría por primera vez en uno de ellos. Sin embargo, no es el caso. La Última Cena se menciona por primera vez en Corintios 1 11:23-26.
Corintios 1 11:23-26 reza: “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan. Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí. Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga”.
Como curiosidad, el primer Evangelio (Marcos) se escribió alrededor del 70 d.C., pero la primera carta a los Corintios se escribió unos 20 años antes, en el 53 o 54 d.C.
Los Evangelios y la Última Cena. Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, conocidos como los Evangelios Sinópticos (por tener historias, secuencias y lenguaje idénticos), cuentan una visión similar de la Última Cena. En cambio, en el Evangelio de Juan, existen algunas diferencias.
¿Cuál es la diferencia? La fecha. Juan dice que la Última Cena se celebró antes de empezar el Pésaj (contradiciendo la teoría del séder comentada anteriormente).
Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, sin embargo, afirman que la Última Cena se celebró durante el Pésaj.
La Última Cena no fue precisamente una reunión sagrada, La Última Cena no fue nada espectacular. En realidad, fue una aventura bastante relajada. En un momento dado, los apóstoles incluso discutieron quién era el mejor. El Evangelio de Lucas revela parcialmente la conversación.
Lucas 22:24-27 dice: “Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve”.
Después, Jesús salió al jardín y, a pesar de haberles pedido a los discípulos que se manteniesen alerta, cuando volvió, se habían quedado dormidos. “Cuando terminó de orar y volvió a los discípulos, los encontró dormidos, agotados por la tristeza”. (Lucas 22:45).
Eucaristía. Jesús introdujo la práctica que se conoció como la Eucaristía o la Sagrada Comunión. En Corintios 1 11:24, leemos “haced esto en memoria de mí”. El pan y el vino simbolizan el cuerpo y la sangre de Cristo.
Aunque también se dijo que el objetivo de Jesús era introducir este ritual como una forma de presentarse ante Dios, y no necesariamente como una manera de recordarlo específicamente.
La obra de Da Vinci no es la única representación de la Última Cena. La famosa pintura de finales del siglo XV tal vez sea la representación más popular de la Última Cena, pero no es la única. De hecho, han surgido innumerables representaciones de la Última Cena en los últimos años.
El pintor italiano Giotto, por ejemplo, pintó la famosa escena casi 200 años antes de que lo hiciera Da Vinci, en 1304 o 1305. Unos 650 años después, Salvador Dalí nos regaló su famosa pintura ‘El sacramento de la Última Cena’.
Fuentes: (Grunge)