En teoría, la electrónica portátil es un gran avance. O así lo parece hasta que se queda sin batería… Hoy en día recurrimos a la red eléctrica para cargar los dispositivos portátiles, pero una manera más creativa de mantenerlos con batería es hacer que estos se alimenten del cuerpo humano.
Esto es lo que sugiere el portal informativo Spectrum IEEE al informar de que un grupo de ingenieros estadounidense de la Universidad Estatal de Carolina del Norte ha presentado un prototipo de sensores inalámbricos que pueden monitorear los niveles de hidratación durante la actividad física vigorosa o el deporte y enviar los datos a un teléfono móvil sin recurrir a baterías, ya que obtienen toda la energía que necesita del propio calor corporal del usuario.
El sensor es una placa termoeléctrica flexible que se alimenta de la electricidad obtenida debido a la diferencia de temperaturas entre la piel y el aire, siempre y cuando sea de al menos tres grados centígrados. La placa en la superficie de la piel ocupa alrededor de siete centímetros cuadrados. El generador de energía es de 40-50 microvatios por centímetro cuadrado de piel.
Y si el usuario de este dispositivo realiza una intensa actividad física, como correr o practicar deporte, la energía producida en el generador termoeléctrico se multiplica por tres.
Sin embargo, los ingenieros han informado de que el dispositivo es de baja potencia y creen que ni siquiera una mejora de la tecnología sería suficiente para alimentar un teléfono inteligente moderno (en particular, su pantalla). Sin embargo, estos generadores de energía ya son suficientes para los sensores que indican la temperatura y la presión del cuerpo.