Valencia Noticias | Redacción.- En la jornada de ayer, los extrabajadores de la Fundación InnDEA de Valencia enviaron un comunicado con 14 puntos en los que exponen su desacuerdo con la gestión que se ha llevado a cabo con la Fundación y que significó el despido de sus trabajadores.
A continuación el texto enviado por los extrabajadores:
“A raíz de las informaciones que se han publicado últimamente en los distintos medios de comunicación, así como las declaraciones que tanto el vicepresidente de la Fundación InnDEA, Jordi Peris, y su gerente, Rafael Monterde, han realizado públicamente, los extrabajadores de dicha fundación queremos solicitar la dimisión de sus cargos por la pésima gestión que han realizado en materia laboral y que ha hecho que seis familias valencianas se vean afectadas por el desempleo.
Los extrabajadores de InnDEA declaramos:
- Que Jordi Peris mintió descaradamente a los trabajadores de InnDEA cuando organizó en el mes de octubre -seis meses después de haber llegado a su cargo en el Ayuntamiento- una reunión con el nuevo gerente, Rafael Monterde, y la plantilla de la Fundación InnDEA en la que dijo estar “muy contento” con el trabajo que se llevaba a cabo desde la fundación y en la que nos transmitió que “estuviéramos tranquilos” porque a medio plazo no se preveía hacer ningún cambio que nos pudiera afectar en cuanto a estructura de la plantilla. Menos de dos meses más tarde seis trabajadores -un tercio de la plantilla- éramos despedidos.
- Que Jordi Peris mintió en la rueda de prensa que ofreció a los medios de comunicación el pasado 17 de febrero cuando dijo que en InnDEA no se había despedido a nadie, sino que se trataban de amortizaciones de puestos de trabajo. Los extrabajadores afectados consideramos esta declaración una burla a la desagradable situación que estamos viviendo, ya que no sólo no se trata de amortización de puestos de trabajo sino que se nos despidió por razones supuestamente objetivas a cinco de nosotros y a otra extrabajadora se le aplicó un despido disciplinario sin razones coherentes, con el consiguiente perjuicio que supone para todos nosotros en nuestro expediente laboral, especialmente para la trabajadora despedida disciplinariamente.
- Que no entendemos que se amorticen seis puestos de trabajo en la fundación y se contrate a siete personas para cubrir unos perfiles que, con unas directrices claras y, a lo sumo, una pequeña formación, podríamos haber asumido perfectamente los seis despedidos. De todos los “nuevos” perfiles el único que estaba previsto integrar en plantilla antes de la llegada del nuevo gerente era el de Técnico Financiero de proyectos I+D+i. Se podría disponer perfectamente de los mismos profesionales con los que contaba la Fundación antes de los despidos para configurar el nuevo organigrama solo con el esfuerzo conjunto de la dirección de la Fundación y sus trabajadores, amortizando puestos de trabajo que se juzgaran sin utilidad y creando los nuevos que respondieran a las nuevas líneas de trabajo de InnDEA Valencia. En consecuencia, el problema que se ha generado con los despidos y la contratación de nuevo personal con perfiles dudosos no radica en la no idoneidad de los trabajadores despedidos, que, por años de experiencia, tenemos sobrada capacidad de adaptarnos a cualquier cambio de este tipo y además hacer bien nuestro trabajo, sino en la pésima gestión de la dirección de la fundación y subsidiariamente de la vicepresidencia por no saber aprovechar el capital humano del que disponían y no esforzarse en conocer las capacidades de cada uno de ellos.
- Que en ningún momento Rafael Monterde se molestó en comprobar nuestros Curriculum Vitae, conocer nuestras capacidades y habilidades, ni en reunirse con nosotros para conocer nuestro trabajo. Las entrevistas de los únicas dos personas que tuvieron con Rafael Monterde, ambas solicitadas por ellas mismas, y donde él les manifestara su confianza e intención de continuidad, hace pensar que no había ninguna necesidad de prescindir de dichos puestos. Todo ello nos hace pensar que en ningún momento se tuvo siquiera intención de reasignarnos otras tareas, o responsabilidades, ni se nos dio la oportunidad de optar internamente a los puestos convocados como mejora de empleo. Por todo ello, deducimos que nuestros despidos estaban programados desde el comienzo de la gestión del Sr. Monterde.
- Que en nuestras cartas de despido figura que estos despidos se producen para ahorrar costes a la administración pública. Lo que supone una total contradicción teniendo en cuenta que se despide a seis personas para contratar a siete. Y eso sin tener en cuenta las indemnizaciones por despido y la externalización de otras labores.
- Que en nuestras cartas de despido se dice que nuestras tareas no se amortizan porque se van a externalizar o las van a llevar a cabo otros compañeros. Sin embargo, desde la dirección de InnDEA no se ha dudado en despedir a seis trabajadores por “amortización” del puesto de trabajo para contratar a otras siete personas.
- Que en ningún momento se nos ha dicho a ninguno de nosotros que nuestro trabajo estaba mal o que no cumplíamos con las expectativas organizativas o funcionales dentro de la fundación, por lo que en ningún caso entendemos que se nos despida por hacer bien nuestro trabajo.
- Que el propio Rafael Monterde ha declarado públicamente en un par de ocasiones antes de nuestros despidos que él había accedido a dirigir InnDEA “para divertirse” y que en el momento en que el trabajo dejara de ser “divertido” para él volvería a su anterior empleo de la Universidad Politécnica como profesor. Los extrabajadores de InnDEA nos preguntamos si el momento de nuestro despido no fue lo suficientemente poco divertido como para plantearse su dimisión justo después de echarnos a la calle. Al menos él cuenta con un puesto de trabajo al que acogerse en el caso de que abandone InnDEA, algo que no es nuestro caso.
- Que inmediatamente después de comunicarnos el despido nos bloquearon el acceso a nuestras cuentas de correo corporativas, por lo que nos fue imposible comunicar con nuestros contactos y/o proveedores para poder comunicarles la nueva situación y facilitarles un nuevo contacto dentro de la empresa para que se llevaran a buen fin las gestiones pendientes, así como trasladar los trabajos y estudios que tuviésemos en marcha, demostrando un total desinterés por las labores previas realizadas, algunas de las cuales tenían que ver con empresas y grupos de investigación.
- Que hubo momentos en los meses previos al despido en los que no se reunían las condiciones de trabajo necesarias para el correcto desempeño de nuestras funciones y que, aún habiéndolo comunicado a dirección, no se hizo caso a nuestras peticiones.
- Que ni el gerente ni el vicepresidente de la fundación se personaron en el acto de conciliación previo a cualquier juicio, lo que demostró su falta de voluntad por querer llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
- Que las declaraciones en prensa de Rafael Monterde y Jordi Peris han puesto en entredicho nuestra competencia e incluso, según figura en nuestras cartas de despido, nuestra capacidad de asumir las nuevas líneas de trabajo de la fundación, cuando nadie nos las ha comunicado ni se nos ha puesto a prueba para demostrar que éramos perfectamente capaces de asumirlas, lo que nos ha ocasionado un perjuicio moral muy grave y ha atentado contra nuestra honorabilidad como profesionales.
- Que no se pierda de vista el hecho de que, aunque los siete nuevos perfiles han pasado por un proceso selectivo, el cargo de la gerencia fue otorgado “a dedo” por Jordi Peris a su amigo y compañero Rafael Monterde, lo que está en contra de la ideología de València en Comú, que siempre ha defendido un acceso justo y universal a los cargos públicos.
- Que si el alcalde de Valencia, Joan Ribó, siendo también presidente de la Fundación InnDEA, ha declarado su apoyo a esta gestión, tambien tiene parte de responsabilidad de esta situación, por lo que debería buscar una solución inmediata que sea satisfactoria para la imagen del ayuntamiento y de la ciudad, así como para el buen funcionamiento de InnDEA.
Por todas estas razones nuestro abogado ha efectuado las gestiones oportunas para interponer una demanda ante la jurisdicción pertinente por nulidad y subsidiariamente de improcedencia de los despidos llevados a cabo por el gerente de la Fundación InnDEA y solicitamos públicamente la dimisión de ambos responsables por una gestión incoherente, precipitada e injusta del personal de la fundación, así como por la dudosa transparencia del proceso selectivo del nuevo personal del que la oposición en el Ayuntamiento y diversos medios de comunicación han dado cuenta en las últimas semanas”.