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Los investigadores analizan contradicciones entre la dueña y el personal de la clínica dental de Alzira
28/11/2025
Redacción Comunidad Valenciana

La investigación se centra en las versiones de los profesionales
La Policía Nacional continúa investigando lo ocurrido en la Clínica Dental Mireia de Alzira el pasado 20 de noviembre, cuando dos menores fueron sedadas para someterse a tratamientos odontológicos. Una de ellas, de 6 años, falleció horas después, mientras que otra, de 4 años, continúa hospitalizada.
Los agentes del grupo de Homicidios analizan posibles contradicciones entre las declaraciones de la dueña del centro, el personal auxiliar y los dos profesionales que atendieron a las niñas —un anestesista y una odontopediatra—, así como lo que explicaron los padres de ambas menores.
Sin una explicación médica clara por el momento
Por ahora, ni la autopsia de la niña fallecida ni la práctica clínica han aportado una causa evidente que explique el cuadro que presentaron ambas menores. Las sospechas se centran en los fármacos utilizados durante la sedación endovenosa.
Según fuentes conocedoras de la investigación, la menor de 6 años ya había sido tratada en la clínica en marzo por la misma odontopediatra. Se detectaron varias piezas de leche con caries y procesos infecciosos, y se elaboró un plan de tratamiento. Los padres regresaron en octubre, cuando el deterioro dental había avanzado, y dieron su consentimiento a las intervenciones tras valorar el presupuesto.
Se intentó generar confianza antes de recurrir a la sedación
El equipo programó varias visitas previas para que la niña se familiarizara con el entorno, pero al no lograrlo, la odontopediatra propuso sedación consciente para poder realizar todas las intervenciones. Se optó por la sedación endovenosa al necesitar un tiempo prolongado.
La mañana de las intervenciones
La clínica fijó la cita para el 20 de noviembre. A las 9:30, la niña de 6 años llegó con sus padres y firmaron el consentimiento informado. A las 9:40 ya estaba en el sillón con la odontopediatra, la higienista y el anestesista, y a los cinco minutos estaba dormida.
Los tratamientos se realizaron hasta las 11:25 sin incidencias, según coinciden los tres profesionales. La segunda niña, de 4 años, fue sedada a las 12:00 y el procedimiento duró menos de una hora. En ese momento, la recepcionista entró en el gabinete para preguntar si los padres de la primera menor ya podían marcharse, a lo que el anestesista respondió afirmativamente.
Diferencias entre la versión de la clínica y la de los padres
Los trabajadores mantienen que la menor de 6 años se marchó “aparentemente bien”. Sin embargo, los padres describieron un cuadro distinto al llegar al Hospital de la Ribera: somnolencia profunda, vómitos, respiración quejumbrosa y falta de alerta.
Cuando la llevaron a urgencias, los médicos ya habían atendido previamente a la niña de 4 años y consideraban que se enfrentaban a un posible caso crítico vinculado al tratamiento dental. A pesar de los esfuerzos, no pudieron salvar la vida de la pequeña.
Quedan por esclarecer las causas de las reacciones graves
Con todas las declaraciones recogidas y las pruebas obtenidas, los investigadores deben determinar qué originó que dos niñas sanas sufrieran consecuencias tan severas, que acabaron con la muerte de una de ellas y dejaron a la otra ingresada con síntomas similares.
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