Cuando llegó el confinamiento y tuvimos que permanecer encerrados en casa, muchas personas se quedaron sin poder mantener el contacto físico con sus parejas o amantes, o sin salir a conocer a más personas. El paradigma de las relaciones íntimas tardará en ser como lo fue antes de la pandemia, incluso podría cambiar para siempre. En medio de estos cambios, internet ha servido de vehículo de búsqueda de los mejores juguetes sexuales para hombres o mujeres. Sirva como dato que, durante la primera quincena del confinamiento, la venta online de juguetes sexuales creció un 30 %.
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El placer solitario, la alternativa
En esta “era COVID“, se han puesto de moda los juguetes sexuales para relaciones a larga distancia, para agregar algo de picante a la intimidad de la pareja o, simplemente, para redescubrir el propio placer. A la vista está que el contacto humano con personas fuera de nuestra unidad de convivencia ha sido y seguirá siendo escaso. Y, entre mujeres y hombres, son ellos quienes más han acusado la ausencia de contacto íntimo, y por ende, los que más han tenido que recurrir al alivio en solitario. La nutrida oferta de artículos eróticos que ofrecen hoy las sexshops online han servido de ayuda para que los hombres exploren su sexualidad durante estos tiempos de incertidumbre en las relaciones interpersonales.
Los hombres: nueva clientela en la “nueva normalidad”
Muchos hombres han adquirido como compañía durante su soledad un masturbador masculino (en forma de vagina, ano o boca), mientras que otros han experimentado con el placer anal mediante “dildos” o “plugs“. Los que han podido jugar en pareja también han elegido otro tipo de artículos, como los anillos vibradores (para estimular el clítoris durante la penetración), e incluso los más atrevidos se han aventurado con los arneses para invitar a sus parejas a un excitante cambio de roles. Y todos ellos acompañados de sus correspondientes lubricantes y/o aceites de masaje.
Las relaciones a distancia, o la “soledad obligada”
Uno de los dramas indirectos que ha traído consigo el confinamiento ha sido el de las parejas que, por no compartir techo, han tenido que ser forzosamente reconvertidas en relaciones a distancia. Afortunadamente, la tecnología les ha brindado los medios para salvar las distancias mediante el cibersexo. Pero según va pasando el tiempo, una relación a distancia puede ser una cuesta muy empinada para quienes no tengan la costumbre de mantener una relación así. Para ellos, precisamente, la inclusión de artículos eróticos durante sus juegos ha podido dotar de algo más de acercamiento y excitación a una intimidad potencialmente renqueante.
Permitiéndonos una analogía con el Mus, así como cuando un jugador corta el juego en la ronda de descartes, el confinamiento nos lanzó un “corte con envite“, y nos ha tocado ponernos a jugar con las cartas (y la pareja) que había en aquel momento. Pero, a falta de buena pareja (o buena mano), recurrir a los juguetes sexuales es una práctica que ha venido para quedarse.