Que la EMT va a modificar la línea 7 y dejar de prestar servicio a Mislata es un hecho casi consumado. Los vecinos no están contentos con la medida pero, mucho menos, con el “paripé” de reuniones y negociaciones cuando “sabían desde el principio que se trataba de una cuestión política y territorial” explica el portavoz de la Coordinadora de AAVV de Mislata, Julián Martínez, quien ha anunciado la propuesta de cobrar a Valencia una tasa por la tubería que le suministra agua potable y que transcurre por Mislata.
Así, el 25 de octubre, la Coordinadora ha presentado por registro de entrada en el Ayuntamiento la solicitud para que los técnicos estudien la viabilidad del proyecto consistente en crear una tasa por servidumbre de paso por una tubería de alta presión que transcurre por la avenida de Gregorio Gea de Mislata y que suministra el agua potable de un cuarto de la población de la ciudad de Valencia.
Con el canon o tasa cobrada por metro cúbico de agua canalizada al Ayuntamiento de Valencia, los vecinos proponen que el Ayuntamiento de Mislata financie su propio transporte municipal que compense la retirada de la línea 7, más si cabe, después de conocer que, mientras la Agencia Valenciana de Movilidad proponía un convenio para que los vecinos de Mislata hicieran transbordo en el límite del término municipal, la idea de la EMT es que la última parada de la línea 7 sea en el Mercado Central.
“A la vista del engaño y de la retirada de un servicio centenario en Mislata, pues la línea 7 es heredera del llamado ‘tranvía’, la Coordinadora considera que no nos podemos quedar de brazos cruzados”, explica Martínez, quien ha señalado que esta no será la única acción de los vecinos de Mislata por la retirada del autobús de la EMT.