Algo no funciona. Sólo tres puntos de los doce disputados en 2012 es un bagaje muy escaso para un equipo que quiere mantener su posición privilegiada de la Liga, más cuando los equipos a los que se ha enfrentado han demostrado una calidad muy inferior a la de los valencianistas.
En Santander, de nuevo, el Valencia dejó escapar dos puntos en el minuto 89 cuando había logrado darle la vuelta a un encuentro que se le había puesto muy cuesta arriba desde el primer minuto, cuando otros de los “horrores” de los valencianistas, un fallo en el marcaje, permitió que Adrián pusiera por delante a los locales casi antes de que los discípulos de Emery aparecieran por el túnel de vestuarios.
Quizás la sombra del Barça sea demasiado alargada y el encuentro de Copa del miércoles estuviera en la mente de muchos de los futbolistas del Valencia, pero Emery saltó al césped de El Sardinero con todo lo que tenía a su disposición. Sabía que este encuentro era muy importante, sobre todo por las jornadas ligueras que le vienen encima al Valencia, donde tendrá que enfrentarse a Atlético, Barcelona y Sevilla, pero el gol en el primer minnuto de juego condicionó todo el partido.
El Valencia no supo reaccionar. Dominaba el balón, pero no el juego, ya que las constantes pérdidas de balón en el centro del campo permitieron que el Racing saliera a la contra de forma muy peligrosa, mientras que la aportación ofensiva del Valencia en la primera mitad se limitó a un par de disparos de Jonas que no encontraron puerta.
Tras el descanso y con el cambio obligado de Banega, lesionado, por Topal, el Valencia pareció entrar más enchufado, pero su ataque seguía estéril, hasta que Unai decidió cambiar el sistema y jugar con dos delanteros al meter a Aduriz en el terreno de juego.
La aportación del vasco fue decisiva y en el primer balón que tocó empató el encuentro con un remate a la salida de un córner. Diez minutos después el propio Aduriz le daba la vuelta al marcador al aprovechar un rechace de Toño después de un disparo envenenado de Ricardo Costa.
Faltaban diez minutos para el final del encuentro y los fantasmas del Reyno de Navarra, y el Villamarín comenzaron a asomar la cabeza, hasta que a falta de dos minutos para el final un córner botado por el Racing permitió que Bernardo rematara hasta en cuatro ocasiones sobre la meta de Alves, hasta que en la última acertó, si cabe con la ayuda del meta valencianista.
Incluso Colsa pudo haber decantado el encuentro a favor de los locales en un mano a mano con Alves que sacó el brasileño, antes de que se montara una tangana en el área del Valencia que acabó con las expulsiones de Ricardo Costa y Munitis, lo que hizo que el Valencia acabara el encuentro con nueve futbolistas, ya que Topal tuvo que abandonar antes el campo tras un choque con Diouf.
En el momento de publicar esta noticia, fuentes procedentes del club valencianista nos informaban de que tanto Topal como Aduriz se quedaban en observación en el Hospital Universitario de Santander por los golpes recibidos en la cabeza, si bien aclaraban que, lejos de responder esta medida a nada grave, se trata simplemente del protocolo estipulado en los casos de pérdida momentánea de conciencia.
2.- Racing de Santander: Toño; Álvaro (Christian, min 59), Torrejón, Bernardo, Cisma; Arana, Adrián, Diop (Jairo, min 85), Munitis; Acosta (Colsa, min 68) y Stuani.
2.- Valencia: Diego Alves; Barragán, Ricardo Costa, Víctor Ruiz, Mathieu; Feghouli, Tino Costa, Ever Banega (Topal, min 38), Piatti (Bernat, min 71); Jonás (Aduriz, min 63) y Soldado.
Goles: 1-0, min 2. Adrián. 1-1, min 66. Aduriz. 1-2, min 79. Aduriz. 2-2, min 87. Bernardo
Árbitro: Álvarez Izquierdo (comité catalán). Mostró cartulinas amarillas a Mathieu, Víctor Ruiz, Costa y Feghouli por el Valencia y a Toño, Álvaro, Jairo, Cisma y Christian por el Racing y expulsó con roja directa a Munitis por el Racing y a Costa por el Valencia, ambos en el minuto 90.
Incidencias: Partido de la vigésimo primera jornada de la Liga de Primera División, disputado en los Campos de Sport de El Sardinero ante 11.494 espectadores.
VLC Ciudad / Pepe Aguilar