Una manifestación en Valencia demanda limitar los precios de alquiler y controlar la expansión turística: “La ciudad, para quien la habita”
Miles de personas se congregaron en Valencia para reclamar medidas que controlen los precios de alquiler y las políticas de desarrollo urbanístico y turístico. La marcha, que reunió a unas 4,000 personas según la Delegación del Gobierno de la Comunitat Valenciana, buscaba presionar para que el Gobierno central, la Generalitat y el Ayuntamiento tomen partido en esta problemática, exigiendo que “no se puede estar con los especuladores y con la ciudadanía”.
Bajo el lema ‘Acabem amb el negoci de l’habitatge i el territori’, el grupo València no està en venda, compuesto por alrededor de 200 colectivos y asociaciones, pidió la “desmercantilización de la vivienda, la protección del territorio y la regulación del precio del alquiler”. La manifestación comenzó desde diversos barrios de la ciudad convergiendo en la plaza del Ayuntamiento, y de allí se dirigió hacia la plaza América.
Durante la protesta se corearon consignas como ‘Si no baixen els lloguers, cremarem l’Ajuntament’ y ‘València no está en venta’. Los manifestantes hicieron sonar llaves de pisos y portaron pancartas con mensajes como ‘Viviendas para vivir, no para especular’ y ‘Expropiar rendistes, derrotar als governs, garantir l’habitatge’.
Sara Cerón, portavoz de València no està en venda, destacó la necesidad de que la ciudad se mantenga habitable para sus residentes y denunció el impacto del turismo descontrolado en el comercio local y el desplazamiento de los vecinos a zonas vulnerables. Cerón criticó la eliminación de la tasa turística y calificó la situación actual de “insostenible”, demandando medidas más efectivas de regulación de precios de alquiler.
María Alandes, otra portavoz, instó a las autoridades a elegir entre apoyar a los especuladores o a la ciudadanía. Denunció el empeoramiento de la situación desde la manifestación de octubre, señalando un aumento del 150 por ciento en el precio del alquiler en la última década. Añadió que este es solo el comienzo de un movimiento en crecimiento, anticipando más movilizaciones.
Clara Giner, también integrante de la plataforma, planteó que declarar zonas tensionadas y limitar los precios de alquiler podría ser un primer paso, aunque insuficiente. Por su parte, Pablo Ramos alertó sobre los más de 3,600 desahucios ocurridos en 2024 en la Comunitat Valenciana, destacando la dificultad de acceder actualmente al mercado inmobiliario.
Los manifestantes, entre ellos personas como María y Carmen, expresaron su deseo de que se cambien las normativas para mejorar el acceso a la vivienda y destacaron la importancia de solidarizarse y luchar por estos cambios. Esther, otra participante, pidió restringir la compra de propiedades por parte de grandes sociedades y fomentar ayudas para la adquisición de vivienda.
Además de Valencia, manifestaciones similares se llevaron a cabo este sábado en 40 ciudades españolas, incluidas Alicante y Castelló.