
Valencia Noticias | Redacción.- Uno de los elementos más característicos de los bares españoles es y ha sido siempre la multitud de máquinas recreativas que podemos encontrar en ellos, como pueden ser las máquinas de dardos, desde las encantadoramente “primitivas” dianas de madera acribilladas tras una eternidad recibiendo los inmisericordes dardos de implacables jugadores, hasta las más modernas dianas electrónicas, cuyo único vestigio de haber sido bombardeadas a conciencia es alguna solitaria punta de plástico perdida en su superficie, pasando por los más glamurosos billares que nos retrotraen a películas como El buscavidas o su secuela, con un jovencísimo y para mi casi irreconocible Tom Cruise, El color del dinero, hasta llegar a los archiconocidos futbolines, campos de futbol en miniatura en los que recrear los más apasionantes clásicos de nuestra liga.
Pero hay otra variedad de máquinas recreativas, que es aún más omnipresente que las anteriores y en las que, quién más y quien menos, ha echado las monedillas del cambio que le ha devuelto el solícito camarero tras cobrarse el café con leche del desayuno. Las conocidas como máquinas tragaperras. Estas máquinas llenas de luces, sonidos extravagantes y divertidos dibujos tienen una característica fundamental que las distingue de las primeras y no es cuestión baladí ya que en este juego existe la posibilidad de llevarte un premio en metálico en forma de cascada de monedas (¿quién no ha estado presente cuando algún afortunado jugador ha sido agraciado y se ha sorprendido de la interminable riada de euros que caían?) Pueden estar programadas para premiar tras un determinado número de jugadas o depender simplemente del azar y las probabilidades, ambas las puedes encontrar en los casinos, aunque en los bares probablemente solo encuentres las del primer tipo. Nació, como no, en los Estados Unidos, y tal fue su éxito que hoy en día su extensión alrededor del mundo es total. Lo cierto es que la historia de su creación y posterior desarrollo es muy interesante, si desea ampliar información es tan sencillo como acudir a Internet y googlear un poco.
Tan popular ha llegado a ser esta forma de entretenimiento que por supuesto tienen su versión online, como casi todo en el siglo XXI, ¿sabía usted, mi querido lector, que hasta hay ouijas online? y si puedes contactar con el más allá a través de tu ordenador, sentado en tu cómodo y calentito sofá ¿por qué no ibas a poder desde ese mismo ordenador y ese mismo y acogedor sofá echar unas partiditas a una máquina tragaperras y llevarte un pellizco? Y la verdad sea dicha es que su paso al mundo online le ha sentado de maravilla, aunque solo sea por no tener que acudir al mismo camarero que tan amablemente nos devolvió el cambio del café con una bolsa de monedas solicitando sonrientes su cambio por algo más manejable como pudieran ser unos cómodos billetes y que probablemente ahora nos reciba con algo más parecido con una mirada asesina en sus ojos o porque ni siquiera es necesario tener algo de calderilla en la cartera, bastará con calderilla digital.
Hay multitud de páginas de juego en las que poder probar suerte con tragaperras online, por lo que es interesante investigar un poco cual te ofrece los mejores modos de bienvenida y leer atentamente las reglas para utilizarlas. Muchas de ellas también ofrecen un modo prueba para poder familiarizarte con el juego antes de usar dinero real. ¿El consejo?, investiga y decide cual es la que mejor se adapta a ti.