Mientras los españoles luchan contra la inflación y el menú del día cuesta más de 13 euros, nuestros diputados disfrutan de un festín a precio de tasca en pleno centro de Madrid.
La inflación golpea la mesa… menos en el Congreso
La vida se ha encarecido tanto que hasta pedir un café en el bar te obliga a replantearte tu economía. Los precios de la comida han subido una barbaridad y salir a comer se ha convertido en un lujo que muchos ya no pueden permitirse. El precio medio de un menú del día en España se situó en 13,2 euros en 2023. Pero mientras el ciudadano común hace malabares para cuadrar las cuentas, nuestros queridos diputados siguen viviendo en un universo paralelo donde el menú del día cuesta solo 6,45 €. ¡Y con dos platos, postre, bebida y pan incluidos!
Si piensas que estamos exagerando, échale un vistazo a la carta de la cafetería del Congreso de los Diputados, donde hasta el café tiene precio de ganga. ¿Sabías que un café con leche allí cuesta 1,10 €, mientras que en cualquier otro bar te soplan entre 1,50 y 2,00 euros? Por no hablar de las cañas, que las puedes disfrutar por 1,20 euros, un precio que no se ve en Madrid desde que el Atleti ganó su primera liga.
¿Menú de lujo o menú de saldo?
Vamos a comparar lo incomparable. En la mayoría de las ciudades españolas, si te vas a comer fuera y te pides un menú del día con dos platos y postre, lo más probable es que pagues entre 12 y 15 euros. Si tienes suerte de estar en Sevilla o Valencia, el menú te saldrá un poco más barato, rondando los 12,3 y 12,7 euros. Pero ni con esos precios te acercas al auténtico milagro gastronómico que ofrecen en el Congreso.
Ahí, por 6,45 euros, te sientas como un rey o reina, y disfrutas de dos platos que bien podrían estar sacados del menú de una boda (bueno, de una boda humilde, pero boda al fin). Y si se te queda corto el menú, puedes pedir un segundo plato adicional por la ridícula cantidad de 1,39 euros. ¡Vamos! Por ese precio, en cualquier restaurante madrileño apenas te darían un vaso de agua con hielo.
Subida del 15%: El aumento que no duele
Claro, algún crítico podría decir que esos precios están desfasados y que con la inflación, tarde o temprano tendrían que subir. Y tienen razón, porque en 2023, el Congreso aprobó una subida del 15% en los precios de la cafetería, en respuesta al aumento de los costes por la guerra en Ucrania y la crisis del COVID. Pero no te preocupes por los diputados, que siguen disfrutando de precios de risa. Un menú que antes costaba 4,50 euros pasó a 6,45 euros. Aun así, sigue siendo más barato que lo que te cuesta un menú en una universidad pública.
Para los madrugadores, la cafetería también ofrece desayunos a precios que parecen sacados de un cuento: un desayuno continental por 1,30 euros o uno especial por 2,70 euros. Y si necesitas un tentempié rápido, las tostadas rondan los 1,50 euros. Por esos precios, no es de extrañar que nuestros diputados estén siempre con energía para largas sesiones parlamentarias (o para sus siestas entre votaciones).
Mientras tanto, en el mundo real…
El resto de los mortales no tiene tanta suerte. En cualquier bar normal, te dejas fácilmente 2 euros o más por un café con leche y una tostada, y ni hablar de pedir un menú del día en Madrid, donde el precio medio está cerca de los 14,5 euros. ¿Quieres una caña? Prepárate para desembolsar 1,80 euros o más, dependiendo de lo cerca que estés del centro.
Y esto no es solo en los bares y restaurantes. En los supermercados, llenar la nevera es un deporte de alto riesgo. Productos básicos como el aceite de oliva, la carne o la leche han experimentado subidas astronómicas en los últimos años. Mientras tanto, en el Congreso, un plátano cuesta 1 euro, lo que parece una broma cuando en la universidad pública ya estás pagando 1,20 euros. Un pequeño lujo para los estudiantes que intentan sobrevivir entre apuntes y alquileres imposibles.
Diputados vs. estudiantes: El menú más desigual
Lo más gracioso de todo es que, aunque el precio del menú en el Congreso es similar al que pagan los estudiantes en las universidades públicas, los sueldos de unos y otros están separados por un abismo insalvable. Mientras un joven universitario entre 20 y 24 años gana una media de 15.181 euros al año, un diputado de base cobra entre 57.478 y 72.248 euros anuales, y eso sin contar dietas y complementos. Con esas cifras, uno pensaría que al menos los diputados podrían pagar un poco más por su comida, ¿no?
El Congreso: El último refugio contra la inflación
A estas alturas, queda claro que el Congreso de los Diputados es como un oasis de precios bajos en medio del desierto inflacionario que es la vida cotidiana en España. Mientras el resto de nosotros lucha por llegar a fin de mes, ellos siguen disfrutando de precios congelados en su cafetería. Y si a esto le sumamos sus complementos, dietas, gadgets Apple y transporte gratuito, se convierte en un verdadero paquete VIP para quienes ocupan esos cómodos sillones en la Cámara Baja.
Reflexión final: ¿El Congreso, un resort todo incluido?
Así que la próxima vez que te veas rascando la cartera para pagar un menú de 14 euros o te toque elegir entre un café o un croissant para ahorrar unos céntimos, recuerda que hay un lugar en Madrid donde el café cuesta 1,10 euros y un menú completo no llega a los 7 euros. Pero claro, para entrar, necesitas algo más que una sonrisa: te hace falta un escaño.
La pregunta es: ¿qué preferirías, pagar lo que pagan los diputados o ganar lo que ganan ellos? Difícil decisión, ¿verdad?