Valencia Noticias | Redacción. Fotos: Manuel Guallart.- Se celebra la noche del segundo aniversario de la iniciativa joven de evangelización llamada Nightfever en Valencia.
Preparación a conciencia, para dilatar el corazón, en una convivencia previa una semana atrás. Son las siete de la tarde y todo comienza con una celebración eucarística y la exposición del Santísimo Sacramento sobre un bellísimo altar preparando para gran honor.
En la hora previa a la misión en la calle, los jóvenes reciben el “envío” y, tras encender su vela como primera ofrenda ante la realidad central de su fe, oran en silencio por su labor en la noche y el deseo ferviente de ser instrumentos del evangelio.
Se hace el momento de invitar a la gente que pasea por la calle festiva del centro histórico. Hay turnos marcados en pleno asfalto y por parejas, otros en la acogida, con la música ambiental que es aroma espiritual para quien abre la puerta del templo e invita a quedarse.
Este espacio espiritual en la noche del sábado permite la reconciliación, la orientación en las dudas, el acompañamiento e intercesión.
Son dos años -a noche por trimestre- y la parroquia de San Nicolás y San Pedro Mártir sigue recibiendo visitantes que transforman su tiempo de ocio en una valiosa oportunidad para estar en Dios.
Los jóvenes voluntarios acompañan hasta el altar a quienes aceptan su invitación de encender una vela, escribir una petición (que será oración permanente en la clausura de un lugar sagrado), tomar una cita bíblica al azar y dar gracias por la Luz.
Esta noche tiene la singularidad de ser la fiesta del Espiritu Santo y los jóvenes lo saben. Percibo en ellos, en esos semblantes comprometidos y dispuestos a crecer en el Amor, la alegría del Evangelio que proclama el Papa Francisco y que contagia a quien hace de ella un testimonio de vida. Por todo ello doy gracias.